martes, 12 de mayo de 2009

dispersión


Últimanete ando algo despistao.
Corrección. Últimamente ando bastante despistao. Con todo.
La semana pasada cojo la bici y tras pelearme con los doscientos escalones del edificio, consigo llegar al rellano de abajo y desplegarla. No sin antes haber sudao hasta el tuétano, cagoenlaleche qué calor que mete ya.
Una vez dispuesto todo, me encaramo a la bici, tarea harto difícil para un roedor de estatura media tirando a justa y me voy a dar un garbeo por Passeig de Sant Joan, mu comedido y cívico yo por el carril bici.
Llevo ya unos minutillos pedaleando y avisto a media-corta distancia que el semáforo se ha puesto rojo, apreto freno lentamente y cuando me dispongo a poner el pie izquierdo encima del bordillo de la acera, pierdo ligeramente el equilibrio y acabo de morros en el suelo con la bicicleta girada y con un morado en la rodilla del tamaño del Krakatoa. No me voy muy bien de conductor bicicletero. Me he puesto colorao porque medio Passeig de Sant Joan se ha quedao flipando de cómo alguien que va a dos por hora se puede pegar ese meco.
Mu dignamente recojo mis restos y continuo hacia plazaluña que he quedau pa cenar y no estamos pa llegar tarde. Hasta aquí tó correcto. No me he rasguñao mucho y puedo seguir con mi actividad lúdico-vespertina.

Ayer, cojo el metro y me voy para la calle Lleida a hacer prácticas de run-run... (por cierto, cambié de profesor y descubrí que el subnormal era él y no yo, cosa de la cual me he congratulado bastante).
Cuando llego, como siempre voy con unos veinte minutiglios de tiempo, me voy a un bar a tomarme un poco de pienso pal desayuno y ayer precisamente cuando ya me lo estoy zampando me coge un ataque de yuyu, me quedo blanco, sudor frío que me recorre las sienes... me acabo de dar cueng que no llevo un duro. Me he hecho más pequeño de lo que soy, si cabe, y salto así con la voz ahuevada diciendo... aaaaaaaaah! se me ha olvidado pasar por el cajero y no llevo nada! hostis quina vergonyaaaa!
El amo levanta la ceja y le da la vuelta hasta la coronilla, me mira y luegor se apiada de mí y me dice que no me preocupe que vuelva mañana a pagarlo y yastá. BUfffffff! qué distracción la mía. Esta vez no ha peligrau mi físico, sólo mi reputación. Ya tengo una muesca por moroso.
Hoy he vuelto y le digo al camarero: bon dia! ja està aquí el moroso!
No me ha escupío en un ojo...me ha sonreído. Menosmal! y me he zampau otro desayuno.
Y hoy sí he pagau religiosa-meng.
Al acabar la clase me he dirigido al metro y me he encontrao en las escaleras una cola ingente de adolescentes que habían salido de excursión. He pensau... mejor los adelanto... pero como última-meng no rijo bien, se me ha enganchau la parte trasera de la bamba al escalón y no he salido volando de milagro, pero he resbalau unos cuantos escalones y me he desplazau en diagonal por las escaleras hasta cogerme en la barandilla de la parte opuesta. No me he comido a la gente que subía porque ellos tienen muchos más reflejos que yo (y porque ya había desayunao).
Me he vuelto a hacer un morao, pero esta vez en el talón.
Tengo el cuerpecillo que parece un sparring. Aboñagao.
O sea que no hay dos sin tres.
Ahora sólo me falta pisar un zurullo y que me toquen los ciegos. Por eso de compensar.
Toppodisperso