lunes, 31 de agosto de 2009

cúmulo de despropósitos


Jorgito, que es más espabilao de lo que parece, así a simple vista, nos comenta sus planes de cruzar Flores en dos días. El pavo tiene billete de avión en la otra punta y se echa a la fuga en un tris.
Se me han encendío las pocas luces que tengo y le hemos pedido asilo viajeril. El americanito ha negociao con un taxista hacer el mismo trayecto que se realiza en cuatro días para hacerlo en dos, a nosotros nos va de coña compartir gastos y trayecto con este santo varón. Así nos evitamos trituramiento de rabadillez, moledura ósea y más patimientos propios del cargo que ostentamos.

Tras unas cuantas zambullidas submarinas y snorkeleo, ahora navegamos hacia Komodo. Visitilla obligada a los dragones. Cuando llegamos hay uno haciéndonos la ola en recepción de la isla.

Acojonantemente grandotes, y aunque parecen muy mansos, tienen una mala baba los hijosdeputa que pa qué. Mala baba en sentido literal. Como estrategia de caza, los estos vienen dotaos de una cantidez de microbio y guarrería que tumba a cualquiera y así se permiten pasear por la isla e ir mordiendo a troche y a moche, léase: caballos, búfalos o lo que se tercie. Una vez enchufá la guarrería microbia en el cuerpo de cualquier bichejo, espera una muerte lenta y segura. Así que el dragón lo que va haciendo es un "me lo combinas": hoy salgo y pego cuatro muerdos por ahí y luego me puedo estar limando las uñas hasta dentro de un mes que habrán palmao todos y los voy almacenando en la alacena. Es como hacer la compra del mes en el Carrefour pero al aire libre y sin colas en las cajas.
Esta isla es chulísima, mucho más pequeña de lo que me pensaba y con mucha más vegetación. A juzgar por los montículos, islotes y peñones que hemos ido viendo en el archipiélago, ésta es una de las que más mundo verde posee.
Toca recogimiento hacia el barco y enristrar ya hacia el puerto.

Se me olvidaba comentar que por culpa de la brisa de ayer, hoy parezco un pimiento morrón, da igual que me ponga factor de protección total; el resultado ha sido igual que si me hubiese puesto manteca de cerdo en la superficie. Tengo las piernas al rojo vivo. Cojonudo.

Ya en ruta hacia Labuanbajo (la capital) damos cuenta de que el tiempo ha cambiao sorpresivamente y nos estamos dando un baño de oleaje de puta madre. Tanta agua no me va bien, noto como encojo por momentos.

Como hemos cambiao de planes, se nos presenta un problema logístico importante. Jorgito ha quedao en Labuanbajo con el taxista a las 8 de la mañana. A nosotros no nos devuelven de Seraya Island hasta las 9 o 9 y mierda. Hay que arreglarse para dormir hoy en la capital.
El coordinador del submarinismo nos aconseja aprovechar la lancha que nos lleva a Seraya para recoger bártulos y volver a Labuanbajo. Así lo hacemos.
Esta vez la lanchilla no es tal. Es una barquichuela, con motor de lancha/zodiac, hecha de latón y con el banquillo pa sentarse más duro que una puta piedra.

Ha anochecido y no vemos ni guarra. Los dos pilotos van uno agarrao al mando del motor y el otro agarrao a dos linternas pa iluminar el sendero marítimo.
Vamos pegando unos botes que ni una cama elástica, con el agravante de que cada vez que el culo colisiona con el banco, me crujen todos los huesos. Me temo que cuando vuelva tendré que ponerme en manos del "OSTIÓPATA" de nuevo.
Tras unos cuarenta y cinco minutos de viaje, sin ver una mierda y con los huesos destrozaos y absolutamente pasaos por agua, saltamos corriendo a la arena, intentando no escuernarse otra vez con los corales, esquivando cacas de oveja, perro mordedor y algún gallo suelto.
Entro a voz en grito en la cocina de los amos a pedirles AS FAST AS POSSIBLE la BILL. PLEASE PLEASE. Por favor, le agradecería que revisitaran el signficado de raudo y veloz.
Asaltamos el bungalow, sin luz, con el faro frontal enchufao en la testa, intentado recogerlo todo a la velocidad de la luz y sin olvidarnos nada porque aquí ya nos han visto prou.
YA LO TENEMOS TODO! Hemos tardao diez minutos. No me lo puedo creer.
Corre que te corre por la playa, esquiva que te esquiva: mierda, perro, ovejas y gallo. Métete en el agua. Pásales las mochis, métete dentro la barca sin rasparse las patas (misión imposible), ya hemos pagao así que nos podemos largar a la de ya!.
Nos ponen las mochilas al lao del motor.

Se ha meganublao con lo cual ahora ya sí que no se ve un zurullito. El motor empieza a runrunear y lo ponen a todo trapo. La habilidad para coñducir el latón éste consiste en que se tiene que surfear literalmente por las crestillas de las olas, si no lo hace, pillamos unos baches de la megaostia y nos pegamos unos trompazos acojonantes en las posaderas y de retruc tó el tronco. Básicamente es lo que pasa. El coñductor se nos anima y empezamos a botar. A mí se me han posao los testículos en las meninges. De repente nos engulle una ola y nos baña a toda la tripulación, incluidas mochilas. Creo que el grito que pegamos Potter y yo todavía hace eco por esos andurriales.
Detiene motor. Movilización mochilas. Ahora irán en la parte delantera que está cubierta, a ver si hay suerte y no se mojan más. Mecagoentó tengo toda la pasta dentro. Mañana pago con un pastiche de billetes y a tomar por culo.
El linternero nos da dos cigarros pa mitigar el susto. A ellos les ha dao un ataque de risa, de la histeria, me atrevería a decir. Andan tan cagaos como nosotros.
Reiniciamos navegación, esta vez a dos por hora. Y de repente el pavo se empieza a animar otra vez. Yo he perdido cualquier punto de referencia, sola-meng veo mar por todas partes y a juzgar por los caretos de los guías, creo que ellos también.
Estoy de pegar botes hasta los mismísimos. No me aguanto ya los pedos con tanto trajín. Potter está igual que yo. Y va soltando algún alarido que otro.
Queremos llegar a Labuanbajo... con vida! por favoooooor!
Finalmente llegamos a puerto. Estamos empapaos, chafaos y acongojaos. En la negra noche, vemos las ristras de dientes blancos de los guías tós descojonaos. Estoy por volverme a repartir candela, pero me veo reflejao en el agua y doy risa. No tengo credibilidez.
Mientras andamos hacia el hotel, Potter me dice que va a regalarme un certificao de aventurero porque me he portao como un campeón.
Llegamos al hotel donde se hospeda Jorgito, y cuando nos lo encontramos nos dice que qué lástima no haber podido contactar con nosotros antes de que la liáramos; el taxista se presentará al día siguiente finalmente a las diez.
Ahora sí que me defeco en todo lo que se menea.

Toppo pasaoporagua y dolorío

domingo, 30 de agosto de 2009

cambio de tercio: Flores.


Sí, lo sé. Llevo un retraso de tres pares de pelotas. He sido consumido por un torbellino de vaguería escritora y un arrastramiento acojonante. Así que sigo el orden coñológico de los acoñtecimientos y la fecha será la que tocaría que fuera, aunque lo haya escrito para año nuevo.
Tras muchos días de dormir a medias, por el suelo o en camas que se hunden por el centro, conseguimos reposar en una bastante normal y así prepararnos para los trasbordos: Borneo-Jakarta-Bali y al día siguiente: Bali-Flores.
En Bali sola-meng pernocatmos, por tanto, no tengo experiencia a relatar.

Curioso el hecho de que aunque todas las islas forman parte del mismo país, las razas cambian de isla a isla. Tampoco es de extrañar, porque unas están a tomar por culo de las otras, y así como en Borneo tienen los ojos más rasgados tipo filipinos, en Bali son más indios y en Flores parecen maoríes. Para que os hagáis una idea Flores ya queda bastante cerca de Papúa/Nueva Guinea.

Así pues el rollito reinante en las islas se corresponde un poco con la religión. En Borneo: más rigidez, (tápate que si no pareces un putón desorejao) y en cuanto viajábamos más hacia el este, se nos presenta algo más de laxitud. Una vez plantaos en Flores, nunca mejor dicho, se respiraba un rollito así como: rasta, peace & love, man.
Aterrizaos, empanaos y achicharraos, nos asaltan los taxistas pa llevarnos a la ciudad.
Agobio, desperece, negociación y acomodamiento en taxi. El taxista namás llegar ya quiere saber cuándo nos vamos a largar y hacia dónde nos vamos a dirigir.
Empezamos a notar que hay una especie de negocio montao en esta isla que da ganas de apretar a correr.
Para moverse por la isla de punta a punta parece ser que hay sólo dos opciones:
Bus público igual a tartana, o sea: doscientas horas por carreteras chungas, esto equivale a siete días o más para llegar al otro lao muerto. No nos va bien, no tenemos tanto tiempor, ni ganas de fenecer en ruta.
Taxi privado me apunto al rollo y te tomo el pelo y por el mismo precio te hago de guía turístico: vale una pasta y lo hacen en cinco días.
Tampoco nos va bien. Hay que buscar solución y compartir taxi o robar uno.
Mierda: no sé hacer puentes. Ya sabía yo que me faltaban más clases de práctica de coñducción.

De momento estamos descansando en una terraza, esperando que venga un barquito a recogernos. Tuve la brillante idea de leer la guía y decidí buscar alojamiento en un sitio donde nadie viniera a tocar los huevos. Encontré plaza y la reservé. Un bungalow en la playa. Mola. Lo que no sabía era que la islilla en cuestión estaba doscientos cincuenta millones de años luz de la capital.

Ya he dejao claro anteriormente que soy imbécil. Lo que no había detallao, creo, es que tengo una imaginación desbordada y que mi idea, previa búsqueda de fotos del lugar por internet, era una islilla paradisíaca del Índico. Pos no. Isla lo es, pero normalilla. Tampoco para ir orgasmeándose por ahí.

Para llegar hasta allí, nos vienen a buscar en un barquito hecho de maderillas. Al llegar, hay que saltar al agua, con cuidao porque la marea está baja y uno se puede rajar los pinreles con los corales, etc. Hemos tardao hora y media a paso tortuga. Suena bucólico de la leche, en realidez no lo es. Ni práctico, tampoco. Uno tiene que saltar de la barca con las chanclas en los morros y la mochila en la espalda y si eres de naturaleza patosa, tipo yo, acabas con un coral pegao a la frente de souvenir. Soy un unicornio.
Sin embargo, una vez descuernao, el rollo de la isla mola, sólo hay seis bungalows en la playa. No hay mosquitos porque no hay agua dulce, eso significa que tenemos restricción en cuanto a horas de ducha y también en cuanto a electricidad. Para el mundo inodoro hemos de bajar a la playa y rellenar un par de cubos grandotes que tenemos a nuestra disposición en el bungalow.
Todo esto suena muy divertido en tanto y cuanto no te coja un ataque de ay,ay,ay desmesurao y necesites agua ipsofácticamente.
Menudencias aparte, los dueños del bungalow tienen por ahí un par de ciervos, sí, sí, ciervos, ovejas, un perro que es una amenaza para cualquier tobillo, pollos, gatos superplastas y no sé qué coño de animales más. Normalmente andan sueltos, lo que significa que ir descalzo por la playa es motivo de andar dando saltos pa no pisar las bolitas de las ovejas.
Hay otro pequeño detalle que no tuvimos en cuenta cuando reservamos el bungalow en la islaatomarporculo, y es que: Potter se ha venido aquí con el objetivo de hacer submarinismo y yo, me apunto a hacer snorkeling ya que el traje de buzo me hace parecer mu gordo y la máscara de oxígeno me da yuyito gordo y "miedor".
Para hacer submarinismo, las empresas están en la capital y tienen que venir a buscarnos namás amanecer para reunirnos en el puerto principal, llenar el barco y largarnos a congeniar con Nemo y colegas.
Endetotá, nos hemos apuntao y nos tenemos que levantar a las 6 de la madrugué o antes para estar listos cuando nos recoge una zodiac que nos lleva literalmente cagando ostias al puerto.
Jesús! qué velocidad! y qué de baches, la madre que lo parió! Tengo las vértebras temblandico y la rabadilla que me había descansao un par de días, en plena manifestación.

Primer día de submarinismo: mu bien. Potter ha salido del agua con la frente ensangrentá, con la emoción se ha acercao más de la cuenta a un pez y se ha acabao rozando con un coral. Yo estoy de reportero en cubierta, haciendo fotos y de tanto en tanto saltando al agua pa snorkelear. Básicamente para que no me salte la piel a tiras porque el vientecillo/brisa es matador y en vez de un roedor acabaré pareciendo una puta langosta.
Día placentero, socializamos con la peña submarinista. El más enrrollao: Jorgito, un americano de Louisiana, majete y jovenzuelo. Hay una pareja de ingleses que parece que lleven un àrbol de navidez encastao en el culo. Y una pareja de americanos que tienen una cultura limitada, digamos.
Tras día en remojo, nos devuelven hacia las 4 a la islita del bungalow. Cuando pongo pies en tierra, tengo sensación de estar todavía navegando. Que alguien le dé al stop, sino amenazo con arrojar.
Las ovejillas y sus cacas nos dan la bienvenida, también el perro, que tiene un afán de pierna y tobillo humano, pasao de vueltas.
Cena: ¡¡¡nos hemos zafao del arroz!!! No quepo en mí de gozo. Aquí se curran la comida de una forma espectacular, está tó buenísimo.
Ahora al catre, mañana toca barco otra vez pa veinte mil leguas de viaje submarino.
Total pa dos o tres días que nos hospedamos en la islilla y no vamos a estar más que pa cenar, manda huevos.

toppopringao

sábado, 29 de agosto de 2009

de aquí para allá



Amanece, día legañoso ande los haya.
Habrá que darle de comer lenguas de gato al guía porque está escasito de explicaciones.
La agenda de hoy incluye martirio de dos horillas para mi coxis. Lástima que sean musulmanes y no vendan alcohol porque ahora mismo me metía un par de lingotazos de alcohol de quemar, por eso de amortiguar y acabar perdiendo el coñocimiento.
Esta vez cruzamos un lago de proporciones inconmensurables. El paisaje transmite una paz de ésas que te hacen dar cabezaditas. Todo agua y un poco de brumilla, así que a veces al mirar al horizonte, confundes el agua con el cielo.
Menos mal que de vez en cuando nos cruzamos con algún que otro pescador con su sombrero cónico para que no se le fría la cocorota. Tienen más moral que el alcoyano (alguien me tiene que explicar qué coño ha hecho el alcoyano, por cierto).
Llegamos por fin al último pueblo del trayecto norteño, Tanjung Issui. Al bigotudo le han sellao la boca con silicona y ahora solamente emite monosílabos. Como me caliente le voy a arrear un par de sopapos que va acabar hablando como el pájaro loco.
Menos mal que hemos decidido estar aquí un día nada más porque este pueblecillo tiene encanto mínimo, comparado con el resto que hemos visto.
El bigotudo está empeñao en llevarnos a ver los cementerios de la zona y todavía me estoy preguntando el porqué.
Nos hemos hecho con una baraja de dominó y hemos encontrado la coñexión con el bigotudo. Al tío le mola jugar y nos enseña. Cuando ve que tengo potra y gano, ya no le gusta tanto. Yo me emociono y me veo en las Vegas haciendo saltar la banca. Otra cosa no, pero imaginación no me falta.
Dormimos en una casa comunal "de luxe" y al día siguiente nos metemos el palizón de volver hasta Samarinda, prácticamente todo el día viajando de vuelta. He conseguido pulverizar mi rabadilla.
Llegados a Samarinda, decidimos rescatar el resto del equipaje del hotel de la lata de sardinas e irnos a buscar otro con un pelín más de espacio vital. Lo conseguimos y nos largamos a papear algo. Coincidimos en el "prime-time" musulmán de hora de cenar y hay que entrar dándose de piños en el restaurante porque aquí la peña tiene un hambre canina. (todo el día sin comer, no te jode).
Normal que el sitio esté a reventar, la comida está buenísima aunque todavía no hemos podido descifrar cómo cojones se pronuncian las cosas.
Después de cenar y como todavía es pronto, entramos en una especie de centro comercial que tenemos enfrente y acabamos confirmando que lo hortera aquí cobra una nueva dimensión. Así que decido no hacerle la putada a nadie de llevarle un souvenir que tendrá que tirar namás salga por la puerta.

Toppoconsiderao

viernes, 28 de agosto de 2009

destroza-meng


El bus nos aparca en la estación y esta ciudad parece bastante grande y nosotros estamos bastante rotos así que Potter ni corto ni perezoso agarra a un conductor de ojek (lo que viene siendo una amoto) por el brazo y le dice: nene, venga enrróllate por dos rupias que queremos que tú y tu amigo nos depositéis en el hotel.
El careto del amotero es un poema, el compi sube la ceja, se miran y nos dicen ok.
Así que después del apaleamiento del bus, nos regalamos una azotaina de amoto.
Y encima el casco me queda como el culo. Sólo faltaba eso, si la peña ya se descojona de mí sin aderezos, namás faltaba endiñarle un casco al toppo.
Recepción de hotel: ininteligible conversación en bahasa. Estamos media hora para hacernos entender y con el cansa-meng viene de acompañante la risita histérica.

Hemos conseguido una habitación y cuando subimos y abrimos la puerta, lo flipamos: una putita latita de sardinitas. Entramos de lado. En la cama a la mínima que te giras, te comes la pared. A mí ya me da tó igual, porque en cuanto caiga en el sobre, perezco ahí mismo y ya no me muevo hasta más ver.
Tras un merecido descanso, parece que nos hemos desentumecido y quitao la lerdez de encima y nos vamos a dar una vuelta, que con la caldufa que mete, apetece.

Necesitamos otro guía porque queremos ir a petar al quinto huevo hacia el norte a la izquierda, así que nos fiamos de la biblia viajeril y nos ponemos en coñtacto con el recomendao.
Nos hacen esperar en la recepción apestosa de un hotel y a Potter le ha entrao el ataque de cortarse las melenas (pobre hijo), pide que le indiquen ánde cortarse el pelo y se larga.
Me quedo de vigía. Al cabo de unos 15 minutos aparece Potter rapao y con tó el resto de pelillo por el cuello y parte de camiseta. Un poco de repelús sí que da pero como ya he mencionao en otras ocasiones, el mundo higiene se mueve en otra dimensión por estos lares.

Potter pide dirigirse al lavabo para quitarse las pelusas y justo detrás aparece un señor bigotudo que se identifica como el que nos va a hacer las veces de guía.
Creo que estoy todavía en estado de rampa mental porque parece que este tío habla para adentro. Le comentamos lo que queremos hacer, que lo queremos pa mañana, apañamos precio y sale esperitao a por víveres.

Como estamos vapuleaos nos vamos a cenar algo pronto y al sobre, que en este caso sería un sobre de tarjeta de visita.

Al día siguiente se presenta el que habla p'adentro. Y síp, habla p'adentro. Mi agilipollamiento no era tal. El pavo es, cuanto menos, discreto.

Nos dirigimos hacia Muara Muntai éso significa que hemos de coger una cafetera de bus por un camino de cabras durante 3 horas hasta llegar al río ande pillaremos una barquichuela que nos llevará durante 2 horillas más hasta la localización requerida.
Pensar, lo que se dice pensar, uno no piensa las cosas porque si no, no las haríamos.
Como por ejemplo, pillar a este guía que cada vez está más mudo. Me voy a hacer con un sacacorchos por si tengo que intervenir.

Nos chupamos las pertinentes horas de cafetera, con avería incluida y achicharramiento en carretera. Y luego nos endosamos las otras horas en barca que es el colmo de la incomodidez.
A estas alturas del relato no sé cómo describir el estado de mi trasero. No sé si he comentao alguna vez que vengo dotao de serie con una rabadilla acabada en punta de flecha, cosa que convierte la tarea de estarse sentao durante mucho rato en un tormento.
Llegamos al fin y me alivio el pompis dando unos cuantos saltironets y estirando las piernas. Muara Muntai es guapísimo. Está construido literalmente encima del río y las calles son todas de madera. Para ser un pueblo pequeño, tienen una cantidez de mezquitas apiñadas por metro cuadrado que da hasta un poco de yuyito.
Hay que comer y el bigotudo nos lleva a un chiringuito que está a la vera del río. Comemos dentro y de hecho lo que hacemos es cocernos dentro. No hay ventilación, ni nada. Sólo chicharra.
Para tomar el café nos apetece que nos dé el aire y decidimos sentarnos en el banco que hay fuera, dando al río. Nos apoltronamos ahí con el cafetillo y la maestra de ceremonias se apresura a plantificarnos encima de los morros una lona opaca a modo de cortina, con lo cual no vemos una mierda de río, ni de nada.
Bigotudo en su aspiración verbal nos dice que es por el ramadán, que no podemos comer, ni beber, ni nada en público. Así que prefieren cubrirnos en lugar de avisarnos.
Menos mal que nos lo ha dicho a tiempo porque estábamos a punto de asesinar a la señora maestra jodeplanes.
Justo en ese preciso instante pasan por delante nuestro unos delfines de río nadando. Alucinante.
Físicamente son raros y psicológicamente yo diría que también porque mira que querer nadar en esta agüilla tan pero que tan guarrilla...
Nos entra el baile de San Vito porque no podemos esperar hasta la tarde para ir a avistarlos río arriba. Lo queremos todo y lo queremos ya. La celebración de San Vito se nos pasa rápido porque bailar con este calor es un suicidio.
Llega la hora del paseo en barca. Yo me he hecho unos cuantos "Ooms" y he hablao con mi rabadilla para que se quede en reposo y no dé por culo, nunca mejor dicho.
Para llegar a la barca, hemos de bajar por una escalerilla hecha con cuatro troncos. Bajo sin mirar, si miro me da vértigo y la cagamos.
Trayecto imponente, hemos coincidido con un martín pescador con una paleta de colores que ni el Custodio Dalmau. Y vemos delfines, por supuesto. Lástima que son de naturaleza vergonzosa y no se acercan lo suficiente para realizar un examen pormenorizao.
Empiltramiento a eso de las 11 y cuando ya estamos en plena fase REM, los megáfonos de las mezquitas de los cojones empiezan a emitir una serie de cánticos de música máquina árabe a dos millones de decibelios que levantan a un muerto.
Es el puñetero ramadán. Cuando no llaman a oración, llaman a comer. La madre que los matriculó. Una vez se han callao volvemos a planchar oreja sin dar crédito a lo que acaba de acontecer y media hora más tarde, que ya tenemos el sueño cogido de nuevo, los desalmaos de los jovenzuelos del pueblo se han facilitao cacerolas y otros instrumentos y no hacen más que ir y venir por las calles pegando alaridos y cantando la canción del Georgie Dann indonesio. Durante una hora más.
No podemos cagarnos más en todo porque ya no nos queda kaka en stock. Hay que joderse y esperar a que estos desalmados nos dejen sobar deunaputavezyahombreya!
topporebotado

jueves, 27 de agosto de 2009

el señor coñductor aceleere



Emprendemos operación regreso, el tercer día junglil es suavito, cosa que se agradece sobremanera.
En la hora del desayuno a Potter lo hinchan a papaya y a café. Solícito que es este Tailah, está en todo.
Andamos unos diez minutillos por la montañica y bajamos hacia el río. Aquí nos tenemos que quedar medio en pelotillas para iniciar el bamboo rafting, que le llaman.

Los dayaks son unos apañaos de la leche. Con cuatro juncos de bambú se han currao unas balsas dotadas con dos pisitos y todo. Top of de luxe.

Me ubican en el pisillo superior, y detrás mío las mochilillas cubiertas con bolsas de plástico para que no se mojen.
Al principio me coje un poco de canguelo porque no tengo tomada la medida de la profundidez, ni de la furia del agua y temeroso que es uno, ya me veo pingandillo cual bizcocho borracho.

Delante de mí se sienta Potter, pero como es un culo inquieto a los diez segundos de empezar a navegar por el río, ya se ha plantificao de pie en medio de la balsa, se ha agarrao una caña larguísima y ayuda al balsero a sortear los peazo pedruscos que se van topando con nuestra nave. A mí me ha entrao la risa floja, porque no para de tambalearse y ya se ha mojao hasta las cejas namás empezar.
(Aquí ya me relajo; como es temporada seca, afloran las rocas y el nivel del agua está bajo mínimos: mochilas y cámaras están a salvo).

Delante nuestro van Tailah y Linus, que no para de gritar ¡Aupaaaa! a todo lo que le decimos. Nos pasamos 3 horillas navegando y friéndonos la cocorota. Hace un sol de justicia y me he dejao la gorra en la mochila. Así que si antes regía poco, para cuando llegamos, ya no rijo nada.

Hemos llegado al campo base donde tenemos todas nuestras pertenencias y uno, que es presumido de mena, se apresura a cambiarse la ropa de arriba abajo.

Toca ingesta de algo sólido. Para placer gustativo, nos enchufan un bol de arroz.
Potter se manifiesta: así no vamos bien. Vamos a detener el duro trabajo que tenía la papaya por delante.

Inauguramos la marcha en coche para dejarnos en Loksado, ya que hemos decidido continuar la ruta hacia el norte. Nos despedimos de Linus, nos hacemos las afotos e intercambios de emilios de rigor y Tailah nos acerca a una pensión, que más que pensión es un puto antro de guarro que está. Da penita dejarlos, nos lo hemos pasao muy bien con ellos y yo ya me he acostumbrao al tufo pestuzo. Somos animalillos de costumbres.

Como tengo el cerebro empanao y frito y Potter está destrozao después de haberse peleado con la balsa durante tres horas, no nos quedan fuerzas para cambiar de sitio. De todos modos estamos de paso, unas tres horillas, tiempo justo para rehacer petate e higienizarse en el agujero venido a ducha que hay en la habitación .

Aparición estelar en la estación de autobuses a las 18.30h. Nos han informao que nuestro bus "FULL AIR CONDITIONED" sale a las 19.00h así que nos plantificamos ahí a ver lo que se cuece.
Un televisor encendido emitiendo una teleserie de lo más hortera: Isabella. Ríete tú de los culebrones sudamericanos.
La tele está colgada a unos 3 metros del suelo, ahora me explico porqué todo el mundo aquí se queja de dolor de cuello.
Debajo de la tele hay un banco bastante largo y cuatro personajillos sentaos a los lados de una micromesita, jugando al dominó. Flipamos con el dominó que tiene forma de baraja liliputiense. Estoy por hacer una foto, cuando me percato, pa mi asombro, que los pillulis éstos llevan colgando de la oreja una botella de redbull (en indonesio "&%?*^ÇÇ)&%$"). La llevan colgada con hilo de pescar. Como la mesa de juego es del tamaño de un gnomo, sólo se puede dejar la baraja y el cigarrillo en la esquina, así que toca colgarse la bebida de la oreja. Yo paso de jugar, tengo las orejas pequeñas y se me caería todo el rato el redbull, con el consiguiente coñazo de estar recogiéndolo del suelo.
Van llegando buses y ninguno es el nuestro. Han pasado ya dos horas y cuatro buses y que si quieres arroz, Catalina.
Casi tres horas más tarde aparece el bus que nos ha de llevar a Samarinda. Así que nos subimos. Como somos listos de cojones nos pillamos la primera fila de asientos pa tener más espacio, justo detrás del coñductor.
Y sí, es FULL AIR CONDITIONED. Eso significa que está el aire puesto al máximo, y que no lo apagan ni pa Dios. Con lo cual el viaje de doce horas se convierte en un proceso de crionización.
Tengo los ojos que me hacen chiribitas de cansao que estoy, y lo único que quiero es pegarme una sobada de padre y muy señor mío. El conductor, por contra, está animaete y no para de darle al start del cassette y nos ameniza con un Georgie Dann a la indonesia. Eso sí a todo meter. Un contento, vamos. Parece ser la canción del verano porque se la sabe todo zurriburri, menos nosotros. Ya estamos llamando la atención.

Se me han olvidao los tapones en la mochila y está oscuro de cojones, así que no hago el intento de buscarlos,porque con lo torpe que estoy igual me los enchufo en la napia.
En uno de tantos empanamientos que me han acontecido, he perdido una camiseta de manga larga, la única que llevaba, así que me jodo mucho pasando frío.
Pedimos que bajen el aire acondicionao y hacen caso omiso a nuestra propuesta.
Aparte de la ola polar que nos asedia, estoy inquieto porque no llevamos cinturón de seguridad y a nada que el coñductor haga una frenadita, me como la luna delantera y paso a formar parte de la decoración paisajística.
Entre pérdida de coñocimiento y pegotito con babilla hacen un montón de paradas, con el consiguiente despelotarse a la hora de bajar y volverse a poner todos los refajos al subir.
Al final desfallezco de tal modo que cuando vuelvo a abrir los ojos me doy cuenta de que ya estamos llegando.
Lagrimilla que se me escapa, después de unas 72 horas sin dormir en el gran invento coñocido como cama voy a poder espachurrarme en una.
Topposensiblero y roto

miércoles, 26 de agosto de 2009

la insoportable pesadez de ser un tubérculo


Amanezco con el cuerpo acartonao. Y digo amanezco porque aquí nos movemos con la luz del día. Sigo sin saber ni qué hora es, ni como me llamo porque entre hechopolvez, adormilamiento y guarrería se me ha acumulao demasiado peso en el cerebro y las neuronas circulan con dificultez.
Desayuno con más hidratos de carbono, perros, gatos, cerdos y niños.
Higiene personal a lo gato. Encasquetamiento de mochila y continuamos para bingo.

El día de hoy se presenta apretadito, cruzamos más jungla para ir a petar a una cascada no sin antes dejarnos piernas, brazos y medio jeto enganchifao en las ramas que se nos cruzan de por medio. Tarea que me dificulta el proceso de abrir los ojos, así que sigo pareciendo Mr. Magoo con la hinchazón que me caracteriza. Hoy tampoco voy a chupar cámara.

Mofeta ha decidido que le den por saco al Ramadán, y también se ha agenciao un par de chavalotes que nos van a hacer de porteadores venidos a Mcgiver.
Tras unas cuatro horitas de visitilla junglil, llega la hora de comer y se las apañan para hervir arroz en una caña de bambú, y de paso fabricar unos vasos y cubertería. Estoy por pedirles que me preparen el ajuar.

La comida está muy buena, lástima que seguimos con restricciones intestinales, aunque pensándolo bien y a juzgar por las facilidades de servicios higiénicos casi prefiero convertirme en un zeppelin y volver flotando a Barcelona.

Reanudamos la marcha y al cabo de dos horitas llegamos a una aldea para coger un poquito de aire. Aquí el mofeta nos plantea dos opciones: ruta corta que será una hora y mierda o ruta larga más bonita pero heavy que serán 3 horas aproximadamente.

A Potter y a Linus les va el rollo duro y yo como soy idiota, apoyo la moción.
Y sí, soy idiota, porque mis pies están en proceso de chamusque, resulta que de la noche a la mañana, el calzado que llevo ha encogido un número y tengo los pinreles que se asemejan a las zarpicas de un aguilucho.
Seguramente estoy de penitencia pero no recuerdo por qué coño.

Me convierto en el paquete del grupo, más si cabe, cosa que hace las delicias de mis compañeros.

Finalmente amerizamos en la cascada y podemos bañarnos y yo amputarme los pies para ponerlos dentro de la mochila.
Digamos que mi pericia por la jungla ha hecho que el grupo se retrasara un huevo en llegar; para cuando nos hemos secao y adecentao se nos ha hecho de noche y hemos de plantificarnos el faro frontal para poder discernir algo por la jungla.
Como he guardao mis pies en la mochila, ando con las manos, con lo cual voy amorrao al suelo y es un martirio porque tengo que ir esquivando maleza, raíces y nidos de animales que no me atrevo a identificar.
Negra noche, boca de lobo, llegamos por fin a la aldea en cuestión. Estoy pletórico de felicidez. Repetimos fórmula de la noche anterior con bengalas, cigarrillos, caramelos y galletas.
Linus se ha vuelto a quitar los ojos para pasmo de la parroquia.
Volvemos a la ingesta de arroz. Sin comentarios.
Linus que lleva viajando por Indonesia mucho más tiempo que nosotros, evoca los platos de su ama, ahí en Donosti. Acabamos llorando los tres y cantando Maitechu mía.

Los niños también cantan, Tailah les hace organizar como un coro y empiezan a gorgotear. Parece que la canción es para mondarse así que batimos palmas y nos zarandeamos un ratillo.
Y a mí me coge ataque de morriña catalana y les canto el "julivert meu". No entienden nada pero se han partido el culo de la risa. Algo es algo.

Esta vez sí dormimos en la casa comunal, en el suelo, por supuesto.
Como resultado del apaleamiento del día perdemos el coñocimiento en un plis.

Antes de irme a dormir, me remiendo los pies con un costurero de viaje que siempre llevo conmigo.
Aunque he sido un petardo de excursionista, me embarga la emoción, he terminao la ruta igual que los demás y mañana sólo nos queda volver hacia la civilización por el río.

Toppopatatoide

martes, 25 de agosto de 2009

eslabón perdido



La noche anterior no tuve tiempo de reparar en el aspecto del guía que iba a acompañarnos durante 3 días por la jungla. Ya podemos dar por terminada la búsqueda del eslabón perdido. Hemos dao con él.
Tailah que así es como se llama, mide como máximo 1,60 m y es un saquico de huesos, tiene una cabellera larguísima y negrísima adornada con alguna que otra cana y cara de ratolín.
En un principio, no me siento identificao con él porque es asiático y yo europeo y, claro, nos parecemos como un huevo a una castaña.
A lo que iba, lleva una barbilla curiosa en el jeto y sus manos pequeñitas, huesudas y muy, muy peludas nos dan la primera pista. La prueba definitiva es la uña del dedo gordo de la mano derecha. Creo que se la ha dejau crecer desde la infancia. Menudo pedazo de molusco.
En un principio, me corto un poco en preguntar. No nos coñocemos lo suficiente. Por eso, y porque el individuo, mete un pestufo corporal que me obliga a mantenerme unos metros alejao. Voy a tener que hacer algo con mis fosas nasales para poder proseguir nuestras correrías sin que me entren arcadas a cada momento.

Tailah nos comunica que con nosotros se apunta Linus, un chaval vasco jacarandoso, montañero y juerguista como el que más.
Linus está como unas castañuelas al haber encontrao camaradas de fatigas, según nos relata, nada más arribar, ya se ha defecao varias veces en el Ramadán...el día anterior llegó a la isla en barco, reventao, y no pudo encontrar nada abierto, nadie que le pudiese ayudar y que entró en la zona de soledez viajeril hasta el punto de que se le había saltao alguna que otra lagrimilla.

Así que ahora tós en amor y compaña, nos chupamos unas 3 horillas de coñducción en una especie de 4x4 para que nos deje en la zona de los Montes Meratus.
Yo ya voy hecho un cuatro antes de empezar a andar porque me ha tocao la parte de atrás del carro y no sé cómo instalarme. Aunque no estoy delgao como el guía, mi rabadilla está en constante manifestación y tengo que ir cambiando de postura a cada poco. Un peñazo ande los haya. Además tengo puesto a Tailah justo delante y cada vez que se mueve, tengo que aguantar la respiración porque me viene una ondonada de aire que es lo diametralmente opuesto al "Desodorante FA" frescor salvaje del caribe.
Bueeeno, pues ya hemos llegao. Me recompongo como puedo y me ato el petatillo a la espalda.
Empezamos la marcha. Resulta que por estos andurriales pa cruzar de un lado al otro del río hay unos puentecillos hechos con 4 tablones de madera en avanzado estado de putrefacción, igual daría que estuviesen hechos con mondadientes. Se me ponen a modo de paperas. Lo más cachondo de todo, es que justo cuando ya he cruzao el primero, un tío con una amoto se plantifica en el puente y lo cruza con un par.
Lo sé, soy un cagao también de mena.
A los cinco minutos ya estoy sudando como un gorrino. Estamos a 100º y una humedez relativa del 1000%. A nuestra expedición se ha unido una colonia de mosquitos tigre, divididos en 3 grupos: unos están justo detrás de la mochila de Linus, otros detrás de la de Potter y el resto detrás de la mía.
Linus y yo decidimos echar mano al Relec y bañarnos literalmente en él.
Potter que se ha quedao ensimismao con el entorno, se ha despistao un pelín y pa cuando quiere darse cuenta parece un colador chino. Primero se baña en Relec y luego en After Bite.

De todos modos el Relec tiene un efecto pasajero y parece ser que estos cabrones podrían sobrevivir a un ataque nuclear porque no hay puto nada que los ahuyente y/o aniquile.

Pasadas unas horillas, mi brazo ha aumentado 3 veces su volumen original, resulta que me lo han acribillao y ahora parece el de la masa. Me descompensa un poco a la hora de andar, por no entrar en detalles del infierno de picor que nos están haciendo pasar estos josdeputa.

El recorrido que estamos haciendo subsana cualquier picadura, Tailah no para de enseñarnos curiosideces de la jungla, cruzamos bosques de bambú, árboles que producen caucho...algún que otro arrozal ganando terreno a la montaña... los árboles son ultramegaaltos y a la que te encantas mirando hacia arriba acabas con los dientes clavaos en el suelo porque las raíces de los árboles son inmensas y sobresalen del terreno para hacerle a uno más placentero el viaje.
Yo ya he tropezao unas cincuenta veces en 200 metros, me congratula ver que Tailah, también. (malo que soy).
Claro que no es lo mismo porque Tailah lleva sin comer ni beber nada desde la madrugada, está haciendo el Ramadán y le notamos débil. A media brisa que se levante, se nos lo lleva a Pernambuco.
Linus insiste: Ay va la hostia! a éste le quedan dos ramadanes. Aupaaaaa Tailaaaaaah!

Ya he roto el hielo con Tailah y le pregunto qué pasa con el molusquito. Me responde: It's power.
Me supongo que es poder para convertirse en mofeta y dejarte difunto al momento.

Después de unas 4 horillas de marcha nos vamos acercando a la aldea donde pernoctamos, Tailah "el mofeta" empieza a gritar: OCOOOOOOOOIIIIIIII! OCOOOOOOOOIIIIIII!
Nos hace chillar a nosotros también, parece ser que estamos avisando a los aldeanos de nuestro aterrizaje.

Cuando aparecemos, un tropel de niños, yayulis, jovenzuelos, mamás, papás, perros, cerdos, gallos y gallinas nos esperan con los brazos abiertos. Están todos encantaos, quizás porque saben que somos portadores de tabaco, caramelos y bengalas.
Los chavalines alucinan con las bengalas, que, dicho sea de paso son una bazofia porque no duran ni 15 segundos encendidas. Será la humedad que tó lo mustia; con los cigarrillos made in indonesia también pasa, tienes que estar unos cinco minutos dando chuclada al pito y pegao al encendedor para que prenda bien.

Linus se quita las lentillas -so pena que se le vayan a saltar los ojos de las cuencas- y la peña autóctona se ha quedao patidifusa. Se lo repasan una y otra vez para cerciorarse de que todavía lleva los ojos puestos.

Estamos en una casa comunal ande hace años vivían todas las familias del pueblo, aquí todo es de madera y en el centro hay una especie de escultura hecha de paja y madera que es el lugar donde adoran a los espíritus.
Los chavales que son más brutos que un arao, saltan y corretean con las bengalas y las tiran a la escultura, cosa que nos hace estar en posición de alerta por si hemos de salir por piernas cuando se declare el incendio.
Toca repartir cigarrillos, aquí fuman hasta las gallinas, la madre que los matriculó.
De mientras nos han invitao a té y estamos todos tiraos por el suelo haciéndonos fotos y jugando con los chavales.
Al lado de esta peña: Linus, Potter y yo parecemos un anuncio de Dixan: más blanco no se puede.
Hay un yayuli que me tiene alucinao, está literalmente doblao por la mitad, le faltan todos los dientes y no para de descojonarse y fumar a la vez. Deduzco que aquí se fuman hasta el bambú si hace falta.
Después de fumárselo todo y ponerse hasta las cejas de caramelos, nos invitan a cenar.
El refrigerio es a base de arroz; menudo sorpresote.
El hecho de comer sentao en el suelo no me ayuda a digerir. Seguramente me pasa porque soy bajito y comer así doblao me perjudica. Estoy tan henchido de arroz que parezco Jabba el Hutt.
Como contrapunto está Potter que parece el espíritu de la golosina, se manifiesta también repleto y dice que como no tenga un ataque de furia desatada, no podrá dar un paso más.
Al mofeta le ha dao la risa, rozando la histeria, yo creo que es porque ha podido empezar a comer y de la ilusión, ni se lo cree. O bien, se ha ensumao y tampoco se cree que algo vivo pueda oler tan mal.
Cuando recupera el aliento, le dice al Potter que le va a facilitar papaya para que todo fluya.
Aparte de parecer el hermano pequeño de un simio y echar un pestufo pasao de vueltas, es también místico y un pozo de sabiduría junglil, además de un encanto.

Tailah está que se cae de molimiento y nos enseña donde vamos a dormir en la casa particular que nos acoge: en el suelo, al lado de una moto.
He empezao a levitar del delirio que me embarga porque aunque estoy derrengao de cansa-meng, no sé cómo cojones voy a organizar mi osamenta para soballa.
Al final he perdido el coñocimiento, alguien en la sala, porque dormimos tós juntos con la familia, ronca cosa mala. Así que voy pasando de la vigilia al sueño durante toda la noche. Me han entrao ganas de ir al baño. Me planto el faro frontal (a estas horas no hay suministro eléctrico) y me toca salir a la naturaleza, me vienen a saludar un par de cerditos curiosos y una gallina despistada.
Por suerte, no me ha picao ningún mosquito en las posaderas. Me entra la morriña de los lavabos a la turca. Cómo nos hemos de ver.
Toppodesriñonao

domingo, 23 de agosto de 2009

pegando el cante


Regresamos a Pangkalan Bun, tenemos agenda apretá pa largarnos pa otro sitio al día siguiente. Esta vez toca Banjarmasin. Me ha encantao estar en el Klotok si no fuese porque las "puertas tipo" están hechas para tamaño hobbit y no he parao de darme coscorrones y topetazos cada vez que me levanto de noche parar ir al lavabo. El último golpe que me he dao no me ha rebanao el cerebro de milagro, me ha salido un bulto en la testa guapo-guapo y la peña me empieza a hacer fotos como si yo fuera un bicho que forma parte del paisaje autóctono. No me va nada bien.

Ya tengo ganas de plantificarme en el hotel para tomar una ducha como dios manda. Angelico. Cuando llegamos a la habitación, las sábanas, antaño blancas, son de un color indefiniblemente mortecino. Y yo que me preocupé en su momento porque nos requisaban el jabón pa lavar la ropa...Si aquí la mierda hace de abrigo. No sé por qué coño, con el calor que mete...
En el baño un batallón de porquería en las paredes nos hace la ola, así que hay que meterse con el traje de buzo y las chanclas como segunda piel. Uno también acaba acostumbrándose a eso por estos andurriales.
Sorpresa, sorpresa hay que poner el despertador megapronto pa largarse al aeropuerto de nuevo.
El gobierno indonesio no me cae nada bien, nos hacen pagar tasas de aeropuerto en todas partes, un oriundo nos cuenta que es para la corrupción local. Mola.

Tampoco sé en qué hora vivo, entre otras cosas porque en cada sitio donde aterrizamos ha habido cambio horario, ¡la leche! qué de grandote es este país.

Banjarmasin, ciudad sin ley, otra urbe que se extiende a lo largo de un río bastante grande e igual de cerdo o más que el visitado anteriormente. El comunicarse se complica porque aquí sólo hablan bahasa y mi diminuto cerebro de roedor ya no retiene más cosas.
Hora del papeo. Nos personamos en un restaurante, por así decirlo, y esperamos a que nos traigan la carta, en su lugar empiezan a traernos platos y más platos de OINI'S (objetos a ingerir no identificados). Resulta que por aquí la movida es la siguiente: te llenan la mesa de comida y tú comes lo que quieras y luego viene el camarero y repasa plato por plato a ver lo que has guarreao.
Lo flipamos, nos han puesto hasta huevos de tortuga. Cabe decir que aunque no se puede reconocer casi nada, todo está muy bueno. (hemos pasao de la tortuga y de sus huevos).
Potter y yo hemos empezao a entrar en estado de saturación ya que la base del alimento es el arroz y llevamos así cinco días.
Como no hemos pillao ninguna bacteria por el camino, estamos en plan retención total y absoluta. Es oficial: Nos proclamamos en huelga intestinal.
Vamos a tener que tomar parte en el asunto. Por la mañana toca hacer transfusión de café de éste que tienes que esperarte como media hora para que el poso sedimente en el fondo de la taza.
Aquí hemos encontrao una morada guay. Está limpia, y yo contento, porque aunque soy roedor, soy pulido de mena.
Los únicos especímenes que vienen a saludar son unas cuantas nubes de mosquitos que nos hacen embadurnarnos de Relec hasta los dientes. Sensación, cuanto menos, rara, porque cuando uno sale a la calle, se ha de untar también de protector solar para no carbonizarse y esto se convierte en un pastiche que me da un brillo iridiscente pasao de vueltas. Decido no aparecer en fotos hasta más ver. Presumido que es uno.

Como decidimos estar un día más por estos parajes, entramos en contacto con un guía que nos comenta que podemos ir a visitar una mina de diamantes, ir al mercado y hacer una ruta en canoa por el río. Decidimos ir, se apuntan un dueto de hermanas vascas y nos vamos los 4 a hacer rutilla.
Se me olvidaba comentar que Banjarmasin es una ciudad 100% islamista y que hemos coincidido con el inicio del Ramadán. Esto significa que de normal, si los mujaidines ya dan por saco llamando a la oración 5 veces al día, en el mes del Ramadán ésto es corregido y aumentao. Nuestra habitación no tiene vistas pero sí tiene un megáfono enchufao en la ventana y nos ha ido despertando cada 2x3, con el consiguiente "cubri-meng de cor". Valga decir también que los tapones orejiles no han surgido efecto. Aquí gritan y mucho.

Nos vamos arrastrando ojeras a ver las minas. Este mes tampoco seré portada del Vogue.
Llegamos allí y no encontramos ni a Blas. El capullo del guía (porque lo es) nos dice que no se había enterao que al ser el primer día de Ramadán, la gente no va a trabajar. Menuda tomadura de pelo y el muy imbécil aún se espera que compremos algo de los vendedores de piedruscos que nos asaltan por el camino.
Acto seguido nos dirigimos al mercado. Aquí sí que hay color. Preparan una cantidad de pasteles por el Ramadán de la hostia con colores fosforito, me confunden con los pasteles porque todavía no he absorbido el mejunge del Relec con la crema solar.

No dan ganas de comerse los pasteles, pero sí de hacer un montón de afotos. Los huevos también son de color rosa, los de comer, se entiende. Los otros ni puta idea, aquí van demasiao tapaos para intuirlo siquiera. Cosa que por otra parte carece de cualquier tipo de interés.

Pasamos por la zona del pescao y a mí, que tengo la pituitaria muy desarrollada y extrasensible, me coge un mareo del copón. Emito algún gorgorito pero no arrojo, y paso como una exhalación por la zona. Decido ubicarme en un sitio menos hedoroso.
Las vascas y Potter se han entusiasmao con la compra de un melón y yo con el macro de la cámara que acabo de descubrir. (voy lento pero seguro).
Ataque de deshidratación, invadimos una tienda para pillar coca cola y agua. Que no sea del tiempo, que nos vamos a morir del asco. Nos conminan a tomarlo todo dentro del coche. Parece ser que no se puede ni fumar, ni beber, ni comer en público hasta las 18.30h.
Seguimos rutilla hasta la zona del río dónde Potter, el guía y yo nos vamos a subir a la canoa. Así que soltamos a las vascas y quedamos pa cenar.
Se me ha instalao una mueca de asquito en el jeto. El río está hecho unos zorros de mugre y cuando empezamos el desplaza-meng corrijo y aumento la mueca porque la peña bebe, se baña y lo hace todo en el río. De todos modos, el entorno es espectacular: campos de arroz, palmerillas y plataneros, lástima de las cascarrias que corretean por todas partes.
Potter y yo parecemos los reyes o la Infanta Naranja o la Infanta limón porque todo el mundo saluda y estamos con la mano en alto todo el rato.
Fin del trayecto. Nos apeamos e intentamos regatear al guía porque ha sido un pencas con la visita de la mañana y pasamos de que nos tome el pelo. Nos lo toma.
Nos largamos con el rabo entre las patas. Potter en sentido literal, yo en el figurado. Y nos ponemos manos a la obra para pillar otro guía y largarnos a por el trekking en la jungla...
Arreglao lo del trekking nos vamos a cenar con las vascas a un restaurante que aparece en la guía. Cuando llegamos lo flipamos porque es además un karaoke y hay una mesa enorme de tíos cenando. Se van turnando el micro y van pegando el cante.
Nos unimos al cachondeo dando palmas. No sé si les tocamos la moral o les hacemos gracia. La cuestión es que nos obligan a salir a cantar. Así que una de las vascas y el mendas salimos a hacer una actuación estelar. Cuánto se han perdido en operación triunfo.
La parroquia aplaude hasta que se les caen las manos.
He sacao el artista que llevo dentro.
Toppobisbalín

viernes, 21 de agosto de 2009

para los curiosos




y por si no los habéis visto nunca, plantifico una fotillo de cada especímen peludito.
El del post anterior es un macaco cachondo.
Aquí un gibón, un mono narigudo y un mini orangután.
Taluegor.

jueves, 20 de agosto de 2009

festival del primate





Ni me preocupo en saber qué hora es.
Lo que sí que sé es que hoy, después de dos vuelos, hemos podido plantificar el culo en Borneo.
Cabe decir que aquí la gente es inmensamente encantadora y amable a la par que inmensamente cochina y marranota. Menos mal que una cosa compensa la otra.

Hemos deambulado por Pangkalan Bun para darnos cuenta de esto. Una ciudad que ha crecido a lo largo y ancho del río, con casas encastadas en cuatro minipilares de madera a 3 metros del suelo para que con la crecida del río la casa no se convierta en pasto para los peces. Uno no se imagina la cantidez de porquería que se puede llegar a acumular ahí hasta que lo ve. El paraíso para ratas y cualquier animalejo encantao de moverse y nadar entre pura mierda al 100%.

Ahora ya estamos navegando. Navegamos en sentido literal, esta vez ya tenemos el cerebro en su sitio, o eso parece. Iniciamos rutilla en barquito de madera llamado Klotok -en dónde nos tocará hacer vidilla en cubierta durante tres días. En una parte de cubierta comes y te espachurras para dormir y en popa tienes la ducha venida a letrina o viceversa.

Para llegar al Parque nacional Tanjung Puting, cruzamos el río Kumai, que es enorme y de color marrón chusquito, y un afluente, el Sekonyer, que primero sigue siendo de color kk y luego se convierte en negro azabache brillante, o sea un espejo. Parece que naveguemos en té negro. Empezamos a estar rodeaos de jungla. Verde que te quiero verdeeeee, verde viento verdeee raaamaaaaaa. Tengo que controlar el chunguito que llevo dentro.

Estoy emocionao y se me salta alguna que otra lagrimilla porque voy a poder ver orangutanes en su hábitat natural.

No tengo palabras para describir el espectáculo fauna - floril. El mundito del orangután es acojonante, si no fuera porque el guía te dice así muy circunspecto:
NO COMIDA ORANGUTAN, NO TOCAR ORANGUTAN... y él es el primero que va repartiéndole bananas a diestro y siniestro y haciéndoles carantoñas.
Yusuf, que es así como se llama el muchacho, es un tío espabilao y simpáticote que nos muestra un montón de curiosideces de la selva. El pavo tiene unos pies que ni los del Hobbit. Intuyo que por aquí encontraremos el eslabón perdido.

De momento con lo que más topamos es con grupillos de turistas, el 95% catalanets. Tots som pocs, tots som pocs!

En estos días hemos avistao macacos, gibones y monos narigudos: érase un mono enganchifao a una nariz.
Menuda fiesta variopinta de peludos.

Me siento un poco primo porque tengo una cámara de fotos de aficionao y la peña se pasea con unos pedazo de teleobjetivos que parecen salidos de la NASA, la virgen!
En mi defensa diré que ya no me cabían más artilugios en la mochila, aunque la realidez es que no tengo ni puta idea de hacer fotos de calidez, así que sería del género subnormal pillarse una cámara tipo telescopio.

Complejos aparte, todo parece mu bucólico y precioso hasta que me percato de que el agua con la que me baño en el barquito es la del río, la misma ande van a parar nuestros más oscuros secretos. Repelús y yuyu. Decido ducharme en cuanto llegue al hotel, al menos allí no veo de ánde viene el agua.
Añadir también que cuando ves que todo el mundo lo hace y nadie tiene cara de sabañón, te pones el mundo por montera y te bañas con lo que te echen.

El broche final lo ponen al anochecer un sinfín de luciérnagas que se han apelotonao en los árboles de ambos lados del río: Alucinante. Feliz navidez a 19 de agosto.

Toppoencandilao

sábado, 15 de agosto de 2009

con la casa a cuestas


4 de la madrugué- párpados pegaus, ducha, vestirse y por patas al aeropuerto. Nos toca un taxista solícito pero más raro que un carnaval. Tiene la antena puesta en los balbuceos como conversación que mantenemos potter y yo.
Llegada a facturación: acojona-meng momentáneo no queremos facturar y parece ser que nuestras mochilas son pelíin grandotas. Lo estrujamos todo y nos dejan pasar. Buff!

Destino: Jakarta. Previo paso por: London y Dubai ergo: una paliza de padre y muy señor mío que uno ni se plantea para llevar un poquito de moral en la mochila.

El primer vuelo hacia Heathrow se retrasa y nos entra el yuyito porque tenemos que pillar un bus pa largarnos a Gatwick.
En este vuelo nos tocan detrás 3 cacatúas a las que han hinchao a alpiste antes de subir al avión. Se coñoce que a las 6 de la mañana están ya más frescas que una lechuga y no callan ni debajo del agua. Y para acabar de adobar la situación, nos han caído en gracia justo delante 2 demonios de Tasmania con la madre que los parió. No hacen más que berrear y maravillarse de todo lo que ven.
Durante las dos horitas de vuelo, ninguno de los 5 animaloides han cerrado el pico, cosa que ha convertido en harto dificultosa la tarea de echar un pegotito, o sea sobarse pasiegamente que es lo que toca a estas horas intempestivas.

Llegamos a Heathrow, espera del bus: la puntualidez británica brilla por su ausencia. Estamos empezando a entrar en un estado gravitatorio de nirvis y estrés. Mira que ultracalculamos mil horas entre cambio y cambio para que no nos pille el toro, pues con todo y con eso, parece ser que un cornúpeta de los de sanfermines se ha escapao pa venir a porculizar un rato.
Puestas tiritas para subsanar el daño, proseguimos a facturación: interrogatorio del amable azafato que pone en duda el tamaño de los macutillos. jopetas! qué rácanos que me están saliendo los "emirateros" con el tema espacio...
Nos deja pasar y ahora toca despelotarse en control de seguridad. Cola ingente a más no poder. Nos han hecho hacer y deshacer el petatillo. Con esta cara de sicarios que nos gastamos, nos hacen dejar el jabón para lavar la ropa: cojonudo: un viaje lleno de lamparones.
A Potter le requisan un termómetro de mercurio que se ha convertido en una arma letal de la releche. Y ahora urgan en mi minizurrón y la tipa me pregunta si llevo una gilette, le digo que sí, que no quiero que me confundan con un orangután allá adónde voy, yo me parto, ella no.
Me corto de hacer ninguna bromita más al respecto porque parece ser que el humor roedoril no mola por estos lares.
También levanta la ceja cuando ve las pinzas de depilar; no vaya a ser que me ponga a practicar la depilación "sisina" en serie.
Aunque quisiera ponerme en plan "dipilador sisino", no me quedan fuerzas, pa cuando llegamos al avión ya estoy exhausto, a ver si hay suerte y se puede planchar oreja un rato. Imposible: no dejan de anunciar memeces por megafonía avionil.
Así que no toca más remedio que jugar con el televisor, atiborrarse del catering del avión e ir haciendo incursiones al lavabo.
Aterrizamos en Dubai después de 6 horitas y algo. Nos sueltan en la zona de tránsito para esperar el siguiente vuelo hacia Jakarta. La casa es grande y no repara en gastos y tienen el aire acondicionado a -500º, yo, que voy ligerito de ropa, me quedo estupefacto y congelao, ni siquiera puedo cagarme en tó lo que se menea, que es en realidad lo que me entran ganas de hacer.
Aquí son las 2 de la mañana y con el cambio horario ya no sé ni cómo me llamo. Encontramos un par de sillas libres pa descansar un ratillo.
Visita al lavabo: no entiendo a los ingenieros emirateños: construyen las tazas a dos metros del suelo convirtiendo la tarea de hacer un pis en una puta hazaña, me tengo que poner de puntillas pa llegar.
Deben tener mucho sentido del humor o se piensan que todas las titis autóctonas son o bien jugadoras de basket o modelos con piernas interminables.
Son las ironías de la vida, una vez llegas a Indonesia, todos los baños son a la turca: agujero en el suelo. Y entonces te las ves y te las deseas para apunten, disparen y fuego. En estos momentos es cuando se agradecería poder transmutar a género masculino.
Por fin embarque para destino final, ahora el que aterrizo en el asiento soy yo , antes de despegar ya me he quedao frito.
Al cabo de unas 4 horillas, avitualla-meng: echo de menos las croquetas de mi madre.
Mil horas más tarde llegamos a Jakarta con un empanamiento mental y físico que no se lo salta un gitano.
Rollo duro y eso que todavía no hemos empezao como quien dice.
Check in en hotel del aeropuerto. Mañana toca volver a levantarse a las 4 A.M. y pillar dos vuelos pa plantificarse en Borneo.
Apago cerebro.
Toppoenreventao.