sábado, 15 de agosto de 2009

con la casa a cuestas


4 de la madrugué- párpados pegaus, ducha, vestirse y por patas al aeropuerto. Nos toca un taxista solícito pero más raro que un carnaval. Tiene la antena puesta en los balbuceos como conversación que mantenemos potter y yo.
Llegada a facturación: acojona-meng momentáneo no queremos facturar y parece ser que nuestras mochilas son pelíin grandotas. Lo estrujamos todo y nos dejan pasar. Buff!

Destino: Jakarta. Previo paso por: London y Dubai ergo: una paliza de padre y muy señor mío que uno ni se plantea para llevar un poquito de moral en la mochila.

El primer vuelo hacia Heathrow se retrasa y nos entra el yuyito porque tenemos que pillar un bus pa largarnos a Gatwick.
En este vuelo nos tocan detrás 3 cacatúas a las que han hinchao a alpiste antes de subir al avión. Se coñoce que a las 6 de la mañana están ya más frescas que una lechuga y no callan ni debajo del agua. Y para acabar de adobar la situación, nos han caído en gracia justo delante 2 demonios de Tasmania con la madre que los parió. No hacen más que berrear y maravillarse de todo lo que ven.
Durante las dos horitas de vuelo, ninguno de los 5 animaloides han cerrado el pico, cosa que ha convertido en harto dificultosa la tarea de echar un pegotito, o sea sobarse pasiegamente que es lo que toca a estas horas intempestivas.

Llegamos a Heathrow, espera del bus: la puntualidez británica brilla por su ausencia. Estamos empezando a entrar en un estado gravitatorio de nirvis y estrés. Mira que ultracalculamos mil horas entre cambio y cambio para que no nos pille el toro, pues con todo y con eso, parece ser que un cornúpeta de los de sanfermines se ha escapao pa venir a porculizar un rato.
Puestas tiritas para subsanar el daño, proseguimos a facturación: interrogatorio del amable azafato que pone en duda el tamaño de los macutillos. jopetas! qué rácanos que me están saliendo los "emirateros" con el tema espacio...
Nos deja pasar y ahora toca despelotarse en control de seguridad. Cola ingente a más no poder. Nos han hecho hacer y deshacer el petatillo. Con esta cara de sicarios que nos gastamos, nos hacen dejar el jabón para lavar la ropa: cojonudo: un viaje lleno de lamparones.
A Potter le requisan un termómetro de mercurio que se ha convertido en una arma letal de la releche. Y ahora urgan en mi minizurrón y la tipa me pregunta si llevo una gilette, le digo que sí, que no quiero que me confundan con un orangután allá adónde voy, yo me parto, ella no.
Me corto de hacer ninguna bromita más al respecto porque parece ser que el humor roedoril no mola por estos lares.
También levanta la ceja cuando ve las pinzas de depilar; no vaya a ser que me ponga a practicar la depilación "sisina" en serie.
Aunque quisiera ponerme en plan "dipilador sisino", no me quedan fuerzas, pa cuando llegamos al avión ya estoy exhausto, a ver si hay suerte y se puede planchar oreja un rato. Imposible: no dejan de anunciar memeces por megafonía avionil.
Así que no toca más remedio que jugar con el televisor, atiborrarse del catering del avión e ir haciendo incursiones al lavabo.
Aterrizamos en Dubai después de 6 horitas y algo. Nos sueltan en la zona de tránsito para esperar el siguiente vuelo hacia Jakarta. La casa es grande y no repara en gastos y tienen el aire acondicionado a -500º, yo, que voy ligerito de ropa, me quedo estupefacto y congelao, ni siquiera puedo cagarme en tó lo que se menea, que es en realidad lo que me entran ganas de hacer.
Aquí son las 2 de la mañana y con el cambio horario ya no sé ni cómo me llamo. Encontramos un par de sillas libres pa descansar un ratillo.
Visita al lavabo: no entiendo a los ingenieros emirateños: construyen las tazas a dos metros del suelo convirtiendo la tarea de hacer un pis en una puta hazaña, me tengo que poner de puntillas pa llegar.
Deben tener mucho sentido del humor o se piensan que todas las titis autóctonas son o bien jugadoras de basket o modelos con piernas interminables.
Son las ironías de la vida, una vez llegas a Indonesia, todos los baños son a la turca: agujero en el suelo. Y entonces te las ves y te las deseas para apunten, disparen y fuego. En estos momentos es cuando se agradecería poder transmutar a género masculino.
Por fin embarque para destino final, ahora el que aterrizo en el asiento soy yo , antes de despegar ya me he quedao frito.
Al cabo de unas 4 horillas, avitualla-meng: echo de menos las croquetas de mi madre.
Mil horas más tarde llegamos a Jakarta con un empanamiento mental y físico que no se lo salta un gitano.
Rollo duro y eso que todavía no hemos empezao como quien dice.
Check in en hotel del aeropuerto. Mañana toca volver a levantarse a las 4 A.M. y pillar dos vuelos pa plantificarse en Borneo.
Apago cerebro.
Toppoenreventao.