jueves, 15 de julio de 2010

Soy invisible


Esta mañana me he levantao con los ojos pegaus como viene siendo habitual en mí desde que nací. Con todo y con éso he decidío dejarme caer por el gimnasio después de muchos meses de inactividez.
Ha tocao Pillates; guay, porque con lo encarcarao que estoy, si me ponen a hacer kickboxing el primer día, salgo de una guantá volando por la cristalera de clase.
Pa ser en plan relaja-meng, el Pillates, me está dando unas agujetas que pa qué. Flojeo, y mucho, porque cuando me quiero poner el bolso, se me caen los hombros y lo llevo arrastrando tó el rato.
Al tajo, que me lío.
Una vez pulío y aseao me he pegao la caminata pa personarme en el curro y de buena mañana ya me han tocao lo que no suena, tú.
Paso de cebra, semáforo viandantes en verde loro, luz amarilla esquinera haciendo pampallugas y pasa un taxi cagando leches. No me ha hecho la pedicura de puto milagro. A la yayuli que venía justo detrás mío, le ha dao un colapso entre susto y calor y le he tenido que hacer el boca a boca. No me va nada bien el incivismo trafiquil éste.
A diez metros de este paso de cebra, me dispongo a cruzar otro; misma situación, mismo verde, mismo amarillo panpallugueante. Pasa otro pavo pisando acelerador a fondo... me ha recortao el flequillo el muy mamón. Al señor que justo iba detrás mío se le ha caído el bastón, se ha pegau un meco y le he tenido que acabar haciendo las veces de taca-taca. Con las agujetas que tengo.

Qué harto estoy de pasar desapercibío, joder ya.

Toppoincorpóreo