martes, 2 de noviembre de 2010

noche de miedo


Resulta que "Sed de vicious" cumple años la noche del 31 de octubre, y como ya es tradición, monta fiestón en su kely.

No voy a entrar en detalles del periplo que nos recorrimos Potter y mendas para estar presentables en la celebración, la cosa va de yuyu, y yuyu tenemos que dar.
Además del peregrinaje de botigas pa pillarle un buen presente al ojomeneado, ya que barajamos varias posibilideces: mandarlo al recién estrenao prostíbulo de La Jonquera o comprarle una viagra femenina para que luego nos contara la experiencia. Fracasamos en ambos intentos y le pillamos unas bambas de éstas de diseño que pareces salido del arroyo pero en realidez te han costao un testículo y parte del otro. Lo que sería el complemento ideal de pijo disfrazao de lagarterana.

Ni que decir tiene que mi intento de dar miedo se quedó en eso, en un coñato. Al llegar a casa del anfitrión una hora antes de la convocatoria, pa ayudarle en los preparatifs, nos abre la puerta vestido como el chavalín del orfanato. Yo, que soy poruc de mena, me cago encima namás empezar, no me va muy bien.

Seguidamente, una vez limpito y aseao y maqueao de brujo moderni- el complemento de gafas de batman fashionguetil, lo mejor- ayudo a Sed de vicious en técnicas de maquillaje para que parezca un vampiro y no un moñigón-macarra. Hay que controlar dónde y cómo ponemos las sombras, que si nos despistamos, se nos lo quedan en El Cangrejo para hacer unos cuantos bolos.

De mientras que Sed de vicious se arregla, me encomienda la tarea de abrir la puerta vestido de niño del Orfanato. El tipo lo tiene todo pensao. Etiqueta de recibimiento de visitas y su traje de rompe y rasga para las fechorías noctambulosas.

Una vez dentro del saco y la bata, me transformo y el que voy a repartir canguelo soy yo.
Llaman a la puerta y los primeros incautos están al caer: miro por la mirilla, a través del saco no veo ni guarra. Consigo un resquicio de visibilidez: un grupo de demonios posesos han llamao a la puerta. Abro y grito. Me miran, se ríen y entran. Sigo sin dar susto. Tampoco me va bien.

El Padre Potter se ubica también en el recibidor, es el cura que se requiere en este tipo de eventos, repartidor de ostias a domicilio y practicante de exorcismos.
Sigo empeñándome en atemorizar al personal como buen recepcionista y no hay puta manera. Se descojonan de mí. Con el agravante de que debajo del saco llevo un pelucón de puta madre que me está cociendo el cerebro.

Llega Ojazos revestida de la novia de la muerte, ésta es la mía, le abro la puerta y la tía pega un berrido y saltironet para atrás. Mola que te cagas. Me doy por satisfecho. Sí, lo sé, pocas aspiraciones las mías.

También se ha animao a acompañarnos El Espíritu de la golosina como la viuda alegre que, me cuenta, ha encontrao unos complementos de la leche en una botiga la mar de baratish pa dar el pego a mogollón.

Tras realizar unos cuantos recibimientos, estoy del saco, de la bata y de la puerta hasta las criadillas, lo dejo en el salón y me voy a socializar con la peña.

Los anfitriones han hecho despliegue de medios con comida pa matar la gazuza y la parroquia ha ido llenando la bodega a mansalva, así que no nos falta de ná.

Nos acompañan a la fete los sospechosos habituales. Campanilla y PeterPunk, que nos vienen de Eyes wide shut y Blonde ambition, que trae reservas de sangre a discreción.
Al segundo copazo ha pasado media fiesta por las manos de BlondeAmbition y tós han quedao manchaos con su impronta.

Hemos descubierto algún que otro personajillo: Marinerito a lo Jean Paul Gaultier venido a Pulpo Paul. A la que me despisto despliega sus tentáculos y me reduce la cintura en dos centímetros por banda. Susto de pulpo, suelto la típica excusa de "se me ha acabao la birra" y me largo por patas (se me escapa la risilla por la comisura de los labios). Recupero mi cintura y sigo pululando.

Sed de vicious se ha materializao en un drácula de diseño. No le falta detalle al pavo, trae hasta su mascota, un aguilucho carroñero enganchao en el ala del sombrero. Chapeau! Es el perfecto anfitrión. Está por todo y por todos y ha llegao el momento de que pare y que se divierta y deshiniba. Endetotá: le enchufo un juanantonio cargaíto.

Acto seguido, le quito la bandeja de panellets de las manos y me doy un garbeo por la fete repartiendo pócimas en forma de panellet. Noto a la peña poco receptiva y en cuanto cambio mi discurso: pócimas en forma de pezón (había que ver la forma de los panellets) los feligreses se me animan y se me acaban la bandeja en un tris.

De golpe y porrazo se ha extendido una humareda tipo discoteque para que combine con la shiny disco ball que tiene colgada del techo, al colega que lo ha soltao se le ha ido la mano y salimos todos por patas del salón medio ahogaos.

Nos arremolinamos en la cocina y rellano de la casa, con todas las puertas abiertas pa que corra el aire.
(Tras la fiesta, nos comentan que se habían equivocao de producto y en lugar de pillar el humo discotequero casi acabamos todos emponzoñaos).

La panda allí reunida rezuma el ser delafiest y buenrollo. Aquí no se ha acollonido nadie y no se larga ni Dios. Cuando ha pasao el momento alarma, nos volvemos a concentrar en el salón y aquí pax y después glory.

A estas alturas el Padre Potter se ha engrescao a repartir el cuerpo de Cristo, ostia p'arriba, ostia p'abajo.
El club de los singles han hecho una migas de la leche y van del salón a la cocina y de la cocina al salón, prácticamente bailando la conga.

Con tanta tarea doméstica (disfrazarse, preparar papeo y recibir al personal) se me ha olvidao casi cenar y con cuatro birrillas llevo un achispamiento interestelar.

Qué descojono ver cómo varían los asistentes sin disfrazar, a la que se plantan un pelucón y pasan por las manos de Blondeambition que los maquea con sangre frejca, sacan el otro yo y se nos desmadran.

He perdido la cuenta de las birras, se me ha extraviao la que tenía por ene vez y me voy a por otra. Abro la nevera y se me cae una litrona al suelo. Desastre, esfuerzo sobrehumano para recoger el merdé que he montao.

Me camuflo por el bullicio y me siento cinco minutitos en el sofá, por aquello de que no me queden los pinreles hechos fosfatina. Cierro los ojos un nanosegundo y todo me da vueltas, así que decido tenerlos bien abiertos. Me armo de valor para ir al baño y ver si se me pasa el mareo, están los dos cerraos. Tengo de carabinas a Padre Potter y Blondeambition, no me da tiempo a esperarme y echo la pota.
Qué ataque de vergüen. Padre Potter se va a por la fregona y lo recoge en un instante. No se ha enterao nadie. Menos mal.

Padre Potter y yo metemos mano al spotify y no sé qué cojones tocamos que paramos la música. Se ha encendido una marabunta de griterío y silbidos acojonante, y los dos hacemos mutis por el foro y algún buen samaritano arregla el desaguisao. No tengo futuro como dj, ni Padre Potter tampoco. (me río pa mis adentros).

Hace ya mucho rato que Campanilla se ha hartao de llevar la máscara de Eyeswhideshut, dice que no ve un carajo y me roba las gafas. Así cualquiera.
También me las roba La novia de la muerte, La viuda alegre, Peter Punk y no sé quién coño de gente más.

Lo que sí sé es que cuando Sed de Vicious da el sarao por terminado, me largo sin peluca, sin gafas y sin guantes de rejilla que me daban ese toque entre canalla y cabaretero.

Padre Potter y mendas nos metemos en un taxi porque no nos aguantamos las llufitas. Diría que los dos nos hemos quedao algo traspuestos porque cuando hemos llegao a destino, el coñductor nos ha pegau un aullido monumental que nos ha sacao del coche.

Por último, nos toca hacer escalada para llegar al catre. No me siento las piernas.

Toppo qué bien que me lo paso