miércoles, 28 de septiembre de 2011

los que tienen que servir


Retomo actividez melaxuflil para relatar, algunos acoñtecimientos acaecidos estas dos últimas semanas.
Hace un par de jueves quedamos con l'Amantdelteatre, M'encantalafesta y Etmontounpollastre para ponernos al día de sendas actividades lúdico-vacacionales-ociosiles y aprofitando la bienentendida de que todavía estamos de veranito y de que de un momento a otro nos empezarán a chapar terrazas, nos trasladamos al mirador del migdia.

Tan pronto llegamos, oteamos el panorama y vemos que todas las mesas que dan a la parte chunga o sin vistas, están pilladas, por lo que decidimos pillarnos una en la parte guay o con vistas al puerto.
Denotamos que están preparadas para cenar, pero como son las ocho de la tarde y no hay casi peña solicitante, pensamos que si nos apoltronamos ahí un ratico, tampoco va a pasar nada.

Potter hace mutis por el foro porque se ha olvidao el fumeteo en el carro y M'encantalafesta y Etmontounpollastre, se van a por la bebida.
L'Amantdelteatre y yo nos quedamos guardando la mesa y charlando, al minuto de estar ahí, se nos acerca un camarero güei  y nos indica que esas mesas son para cenar.
Nos pregunta si vamos a cenar, le decimos que no lo sabemos todavía, que el resto de peña está pidiendo y que todas las demás mesas están pilladas. Nos dice que nos lo pensemos güei,que no mames güei y se larga llevándose una silla con él, sin importarle si somos 4 o 5 los que vamos a ocupar esa mesa. Parece que Potter va a tener que sentarse en el suelo. El niñato güei rezuma amabilidad por los cuatro costados.

Llega Potter, me pregunta si no había cogido una silla antes y si alguien le está haciendo luz de gas. Le digo que nadie hace luz de gas, que nos ha tocao un camarero un poco gilipollas y que se ha llevao la silla.
Llegan M'encantalafesta y Etmontounpollastre y plantifican las birras, patatillas y olivas en la micromesa. Se asoma el camarero güei de nuevo, esta vez el tono es más amenazador y desafiante que antes:
¿Habéis decidido ya lo que vais a hacer?
Cara de estupefacción y de no sé de qué collons m'estàs parlant de la parroquia.
Contestamos: No. No nos has dado tiempo a comentárselo. Acaban de llegar con las birras. ¿No nos podemos quedar aquí de momento y mientras decidimos? No hay nadie esperando mesa.

Nos cuenta que ese jueves ya no tenían que abrir, pero que han abierto para ver si cubren gastos, que él no tiene la culpa de que esas mesas sean para cenar, que nos vayamos al otro lado de una vez. Que si ocupamos la mesa a él no le habrá salido a cuenta subir a trabajar en moto. (¿?¿?)
M'encantalafesta le dice que se acaba de gastar dieciocho euracos en birras y que se la deje tomar en paz, o que le dé una alternativa.
El camarero se cabrea güei y se enroca de una forma absurda. Se inicia discusión entre M'encantalafesta, Etmontounpollstre y el camarero güei.

Etmontounpollastre hace una intervención corta aunque efectiva: mira güei: 1º a mí no tienes por qué hablarme en este tono porque yo a tí no te he faltado al respeto 2º te estamos pidiendo una alternativa y lo único que haces es echarnos 3º yo no vengo a contarte aquí los problemas que tengo en mi curro y te aseguro que te podría aburrir con ellos.

El camarero rebufa güei y nos deja ahí palplantaos cuando ve que se acerca el jefe. El jefe de la ceba, con la misma filosofía de servicio de mierda, cero capacidad de gestión y comunicación nefasta, nos vuelve a contar la misma monserga: Yo ya tenía que haber cerrado, pero he abierto hoy porque quería ver si se llenaría o no, pero claro, si no cubro gastos, bla, bla, bla... zzz
Se inicia discusión absurda de nuevo y finalmente cortamos por lo sano para decirle que nos dé una alternativa YA: nos la da, nos pasa a la zona chunga, antes llena y ahora no. Se saca hamacas de la manga.
Se podían haber ahorrao el tostón porque han quedao de puta pena. No volveremos más. Por cierto, menuda mierda de reputación le están granjeando a la birra que los esponsoriza: Pijo alternativo-Moritz.

Pequeño saltico en el tiempo, domingo mediodía, paseada por el born con el Sarcastrómetro, el Chicarrón del Norte, Potter, Taila la gossuna y los Vikingos y su churumbelita.

Nos dividimos con objetivo aposentamiento de trasero en terraza.Yo me he adelantao con Taila la gossuna, para ver si encontramos sitio en alguna pasada la zona de bullicio. Misión imposible y cansina de cojones.
El resto del equipo se ha largao por otra banda para hacer lo mismo. Parece que TODO el mundo se ha puesto de acuerdo en ocuparlas. Cabrones.
Potter y cía han tenido más suerte que yo, así que me toca recular y buscarlos. Toman posesión de una mesa en la terraza del Caliu en Allada Vermell, sí, sí, esa calle por la que pasea todo el mundo y nadie sabe cómo se llama.
Cuando llego y me siento, todos ya han pedido bebercio, menos Potter que está haciendo un viaje astral. La camarera brasilera me pregunta qué quiero y le digo que una clara, se va y al cabo de diez minutos, vuelve con la clara y nos pregunta que qué queremos comer, le decimos que no lo hemos decidido. Pone mohín de desaprobación. Se cansa y se larga, dejando a Potter con la palabra en la boca para pedirle la bebida.
Al cabo de un cuarto de hora viene y pedimos manduca. Potter le pide una coca cola, a lo que ella le responde: ¿estás de coña?
Lo flipamos.
Va trayendo la comida por fascículos, primero le toca a los vikingos y al Sarcastrómetro, luego a Potter y a  mí, y pasados tres cuartos de hora al Chicarrón del Norte que tiene el estómago en el subsuelo y de la indignación por la inoperancia de la tía, no sabe si hacer levantamiento de piedras con la brasilera o comerse la mesa.
La camarera brasilera se ha olvidao los pedidos en repetidas ocasiones, una crack del sector restauración. Para más Inri la comida no vale un chusquito, por lo tanto, tampoco volveremos más.
Ni que decir tiene que la propina se la están pintando al óleo.
Menuda jartura de peña que van de megamodernos y pseudoguais cuando no tienen ni puta idea de estar de cara al público.
Dios mío, ¡Cómo está el servicio!

Toppoexigente y poco que me quejo, coño ya!

viernes, 16 de septiembre de 2011

oratoria


Resulta que el 50% de las twins me llama hace unos días y me propone que vaya a su empresa a dar una charla sobre comuñicación. Le digo que sí, que me oriente un poco sobre lo que quieren que les cuente y quedamos en fijar fecha.
He estao preparándome el meeting a conciencia y ayer fue el día D.
Quedé con el 50% de las twins un cuarto de hora antes, por aquello de tenello tó bien preparao.
Pido botellita de agua o barrilete de coñac colgando del cuello a lo San Bernardo, que cuando me entra la verborrea, me deshidrato. Me facilitan agua. Mierda, no se fían.
Los asistentes a la reunión van llegando, atisbo caras soñolientas, pa mis adentros me alegro, así, si meto mucho la gamba, tampoco se van a enterar.


Empiezo la charla y parece que les he caído en gracia, voy haciendo la técnica del faro que aprendí en el máster. Mira por dónde, caigo en la cueng, de que algo sí he aprendido.
Me quedo con el jeto de uno que demuestra agobio contumaz, y que entra más de dos veces en su zona de confort. Espero que no sea  mi presencia, pero como nunca llueve a gusto de todos, que le den pol saco.

Estoy dando la chapa durante unos cincuenta minutos aproximadameng, pa mi sorpresa, no se han quedao sobaos pasiego encima de la mesa.
Mientras voy terminando, intento hacer memoria de qué me suena la cara del tío agobiao y no caigo, no caigo...
Termino. Ronda de preguntas. Pocas.
Mucha vergüen denoto yo por aquí. El capo da directrices a los pollos pa que hagan lo que tienen que hacer y se levanta la sesión.
Nos quedamos un rato charlandico con el jefe. Despedida y cierre.
Cuando arribo a casa, me viene un flash a la mente y ubico claramente al tío agobiao de la reunión.
Hace unos cuatro años, acudí con la ninja cumpleañera a la boda del 50% de las twins y el individuo en cuestión, estaba sentado en nuestra mesa.
Se pilló un pedo considerable y recuerdo que nos acompañó a la ninja y a mí a casa para cambiarnos el modelito bodorril por el de nocturnidez y alevosía. Y luego nos encontramos again con el resto. Le dijimos que tardábamos cinco minutos en cambiarnos.

Tardamos diez. Como resulta que era un agonías, lo encontramos en el bar de la esquina empinando el coding para no perder comba.
Así que la ninja y yo nos echamos unas cuantas risas a su costa. Básicamente porque acabó con la corbata a modo de diadema entre copichuel, bailoteo y copichuel.
No lo había vuelto a ver desde aquel día.
Me ha quedao la duda de si me recordaba por su pedo bodorril y le dió ataque de retraimiento, o si realmente la perorata que les solté le daba ganas de arrojar.

Por lo que a mí respecta, me comporté como un Toppo adulto: no me cogió ataque de vergüen, no tartamudeé, ni eructé en vivo; guardé la compostura como un buen profesional.

Y al abrir el ordeñata me encuentro un mensaje del 50% de las twins titulado: Olé.
Me he inflao y ahora doblo mi tamaño.
Me ha llenao de regocijo saber que pasar la noche previa sin pegar ojo por los putos nirvis, ha servido de algo.

Toppo orador

Actividad vacacional


Vuelvo al ataque del melaxufling, después de una eternidad de mutismo.

Este verano me he pegao unas vacaciones bien merecidas y Taila se ha empeñao en forzarme a hacer un cursillo intensivo de enfermería.
La muy perra ha tenido a bien regodearse en el mundo de la cagarrina, con lo cual, he desarrollao coñocimientos médicos a marchas forzadas. Con lo que todo esto supone: cada vez que nos la llevábamos corriendo al veterinario, viaje estratosférico a la cartera. Cojonudo.

Así que al estar de aquí para allá en modo vacacional, hemos ido dejando impronta por unos cuatro veterinarios distintos.

Resulta que la muy guarrona, de vez en cuando, tiene incontinencia cagarril y para adoballo, nos ha salido cropofágica. Y después de meterse el banquete, obviamente se encuentra de puta pena. Y yo, que he desarrollao instinto de papá gosuno protector, he estao pasando del desasosiego a la calma de forma cíclica.

En fin, que después de elucubrar con cincuenta millones de teorías distintas, a golpe de talonario, hemos dao con un profesional como la copa de un pino.
Tuve ayer la visita con el susodicho, es un doctor House a la veterinaria, te atiende él y 3 residentes más. Muy internacional todo, oyes (una residente de aquí, uno de Canarias y otra italiana). Al contrario que el personaje de ficción, muy amable y educativo él. Mr. House con 5 minutos de toqueteo y miramientos varios, parece ser que ha dao en el clavo.
Vamos a ver cómo responde al tratamiento.
Los fabricantes de papel de cocina me van a acabar haciendo la ola, no he ganao pa' scotex, kleenex y desinfectantes.
Agradeceré que deje de deposicionarse y vomitarse encima porque no he parao de cambiarme de uniforme: ora el de enfermero, ora el de marujón con fregona en mano.

Toppobotiquín