viernes, 21 de enero de 2011

abusones y otras especies


Menosmá que el viernes a primera hora recibí una llamada del Pizzbuin que me hizo reir y me ilustró en un par de cosas interesantes, porque a partir de entonces me vi envuelto en un torbellino de gilipollez supina bastante difícil de gestionar.

Estoy hasta las gónadas de personajes que tratan a sus colaboradores con la sensibilidad ubicada en el escroto.
Durante dos horas y media un sujeto femenino al cual se le ha caído una ceja en el labio superior o no se ha depilado en doscientos lustros, me tuvo mareando la puta perdiz por un presupuesto conformado hace dos siglos.

El elemento se caracteriza por tener una rabia contenida digna de Belcebú, poner la quijada apretada hasta el punto que se le oye el chirrineo de los maxilares y llevar en una mano un bolígrafo que no deja de menear insistentemente. O sea: un puto asco de persona.

El susodicho ente, con el trabajo ya enllestido por nuestra parte y atendiendo a que la situación ecoñómica es la que es: una mierda pinchada en lo alto de un palo; ha tenido los santos cojones de amenazar y pedir que se le dé más contenido del que paga.
Uno cierra los ojos, primero no doy crédito, luego me encomiendo a cualquier santo que corretee por allí y acto seguido, colmado de paciencia, le explico por activa y por pasiva que duros a cuatro pelas no los va a encontrar, que con esa clase de chapero y racaneando, con lo que se va a topar son truños a cuatro pelas.

Se enroca, arrufa el naso y la ceja o mostachín y no hubo manera de sacar al ente de su posición.
Visto lo visto, recogí los portantes, me tiré un pedo y me largué de allí.

Ipsofácticamente me pasé por un quiosco de la Once para que me toquen ya los millonazos anunciados y poder -con un sonrisote de orejón a orejón- personarme en sus oficinas para decirle lo que el viernes se me quedó en el tintero por exceso de educación:
mostachín peazo hijaputa, yo no trabajo bajo amenazas, ni yo ni mi equipo; así que pídele a tu maromo, si lo tienes, y si no busca ayuda para que te hagan una limpieza de bajos en profundidez, porque reina, esa tensión, mala uva y ganas de joder al personal se tiene que liberar por algún sitio. Por lo que a mí respecta te puedes ir mucho a la mierda.

Qué hartura y cansinidez de peña desinformada e irrespetuosa que corretea por el mundo.

Y como colofón al día Ojazos, Patinator, Potter y yo nos vamos a la Villarroel a ver Incubo que resultó ser un conjunto de heces teatrales. La madre que los ha parido. Infumable se mire por dónde se mire.
Pegué un par de cabezazos soñolientos, casi se me cae rodolando la testa por la platea.

A los del teatro se lo perdono, porque no los coñozco y porque me da la gana.
A la japuta-mostachín no.

Este finde he podido compensar el desaguisao con una calçotada acojonante que nos ha organizao Missis Lupas y, gracias a eso, he hecho acopio de llufas por si me toca ir otra vez a ver a la mostachín.

Toppoinclemente hostias ya!