jueves, 23 de febrero de 2012

centrifugado


Debido a la mala vida que me hacen llevar, me ha sobrevenido un ataque de lumbalgia, la mar de majo él.
Me tiene a medio gas y por ello, hoy he decidido trabajar desde casa.
Levantarse y meterse en la ducha es ya todo un  mundito de por sí, ni que decir tiene que hoy he visto las putas estrellas.
Después de medio morirme tras la ducha, he tenido que lidiar con el secador, que hoy parecía pesar un quintal, me cago en la leche.
Sí, lo sé, puedo optar por el secado al aire, pero la imagen que doy de buena mañana es prou patética de por sí y no hace falta ir asustando al miedito.

Paseo matutino de Taila- y mío- y toreo con ella porque no para de tirar, así que ando como si me fuesen echando descargas eléctricas o calambrazos. Menuda estampa.

Nada más cruzar la calle, la mañana ha tenido a bien regalarme la postal bucólico-bohemia de un pavo miccionando en un árbol, cosa que ha hecho las delicias de mi persona y me he largado espetándole un ¡Joder pavo, qué Porken! en todo su jeto. Soy un temerario.

Vuelvo a casa, desayuno y me sigue doliendo la espalda.
Recoñozco, que como roedor canalla que soy, me va el endrogalme pero hasta yo tengo mis límites. No puedo ir tó puesto si tengo que repasarme documentos a discreción. Básicamente porque no haría diana ni en doscientos lustros y el entorno de la publicidez es inmediatamente si no, antes.

Me pongo al tajo, y como llevo ya un par de horas dale que te pego a la tecla, decido levantarme y andar un poco por casa, y así aprovechar para hacer cinco minutos el marujón.
Voy a pegarle repaso a la lavadora de carga superior, como no puedo inclinarme porque me sigue doliendo la espalda un cojón, decido coger una escalera pequeña para salvar la distancia que me impide llegar al tambor. Vengo defectuoso de fábrica y soy pequeñín.

Empiezo a recoger la ropa, y cuando casi he terminado, reviso por si se ha quedado algo dentro, con tan mala suerte que me caigo dentro del tambor y empiezo a dar vueltas.Muchas.
Los nervios se apoderan de mí y empiezo a correr, he llegado a modo centrifugado, así que llevo un mareo de tres pares de pelotas.
Taila que me ha oído en el desatino, se ha encaramado por la escalerita y me ha mordido el jersey para rescatarme.
De resultas del escarceo con la lavadora, salgo con un look afro total que no hay quien coño alise. Obviamente hoy no me ha visto Marco Aldany.
No me atrevo a hacer nada más, así que me dirijo al ordenador a ver si doy pie con bola.

Toppo me siguen temblando las piernas

5 comentarios:

soclaingrid dijo...

Nena!!!! Cuidat!!! De totes formes no acabo d'entendre com has caigut dins d la rentadora!!! Jajaja ; )))

pepo dijo...

Es torna a portar el rollo afro? je, je, cuidat!!!

topogiggio dijo...

Pepo no es porta, jo el tornaré a posar de moda ;-)
gràcies per comentar!

Dr. Màrqueting dijo...

Toppo, aún consternado de tu situación, indicarte que una acupuntora muy particular acelero mi curación de manera drástica... Ahí queda y quieta pará!

topogiggio dijo...

Querido Doctor,
estoy yo para que me acupunturen, si además de pelo afro, voy a parecer un colador, mejor apaga y vámonos.
No se me consterne usted.
En peores plazas hemos toreado, creo.
Gracis por comentar!