miércoles, 3 de octubre de 2007

Mr. Lynch days

Algunos de mis días parecen salidos de una pelicula de David Lynch.
Voy camino de mi trabajo por una carretera secundaria digna de la matanza de texas para ahorrarme el infierno de los atascos matinales, llueve y aun el día no ha amanecido, por lo que el panorama no es muy alentador pero con el mp3 a todo trapo intento evadirme. Tan sólo deseo que con la lluvia no se empañe demasiado el puto parabrisas ya que la calefacción dejó hace tiempo, demasiado tiempo, de funcionar. La estrecha carretera que cruza el tupido bosque me depara una nueva sorpresa esta mañana, a unos metros delante de mí puedo observar un extraño movimiento en los coches, han tenido un accidente. Normalmente los vehículos conducen como en Montecarlo, puesto se conocen las curvas y los boños por esa tediosa rutina cotidiana, y se creen intactos pase lo que pase, pero no. Hoy ha sido ante mis ojos, salía humo y chorreaban líquidos como en las películas, un padre con su hija en brazos, salía ella llorando. No hubo consecuencias graves, yo sólo pensaba en apartar el hierro de en medio de la carretera para salir pitando. Pero lo peor de todo este inicio de miércoles ha sido la desmesurada pataneria de mis compañeros de trabajo al tildarme de el más elegante del departamento cuando, hoy precisamente, llevo una camisa gris de operario comprada en una tienda de uniformes de trabajo, que me va muy bien para expresar mi intencion estética neutra y minimalista y, a partir de hoy, también para confundir a otros tantos necios y patanes. Je, buenos dias.

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