Lo que comentaba en mi anterior post.
Ayer me ví inmerso en el efecto twister del gilipollas.
¿Es que le dan una masterclass de mala educación, impertinencia y antiprofesionalidad a esos personajillos que se esconden tras la etiqueta de “cliente”?
Y además... ¿se ponen todos de acuerdo para tocar los huevos a la vez?
Estoy por pensar que hay una cámara en mi despacho para observar qué jeto se me queda, y también que la Mercedes Milá de turno (que por cierto me cae como por el "donde no brilla nunca el sol"), se está descojonando a mandíbula batiente.
¿Quién narices me está gastando esta broma? Ya va para un rato largo que no tiene ni puñetera gracia.
Que alguien pare el tío vivo, ya!
Movilizaos melaxuflingbloggers!