lunes, 8 de febrero de 2010

rollo duro


Yastá. He decidido que me voy a maquear a lo bondage y me voy a personar en los estudios de Televisió de Catalunya para amordazar al equipo de meteorología al completo. Harto me tienen con tanta predicción lluviosa, fría, gris y deprimente ande las haya.
A ver si de una puta vez se les quita la sonrisilla ésa socarrona que se les insinúa por debajo el bigotillo.
Tengo goteras hasta en el lóbulo frontal y cada vez que voy por la calle no veo ni guarra, no tengo parabrisas oculares, ni ganas de agenciarme unos.
El jueves pasado, que también llovía,porque la puta lluvia nos lleva acompañando desde navidez; entré en un Mc guarro's (cosas del directo y del poco tiempo)y no me estrellé en el mostrador gracias a la concurrencia que me sirvió de airbag frontal de seguridez.
Parecía un contendiente de una justa paraguas en ristre a modo de lanza que quedó ensartada entre los cojines de seguridad del pobre último de la fila.
No me dio un par de guantás porque soy pequeñín y ya daba prou lástima de por sí.
Salí como había entrado: patinando y comiendo la mcguarriburguer a dos carrillos, evidentemente.
Así que, tiemble cualquier meteorólogo no optimista porque le voy a arrear una samanta latigazos que lo voy a dejar listo para presidir el museo de arte contemporáneo de Barcelona: abstracto, abstracto.

Toppodelátex

Desmanes-desmadres

Sensacional y sorprendente la sarta de desmanes-desmadre que ha propiciado este inolvidable sábado. Que, sin duda alguna, no tiene nada que ver con la sarta de desmanes, que no desmadres, que me han propiciado a mi este lunes negro de mi historia. Los que voy a relacionar para la seguridad de los oyentes:
1º No acercarse al repartidor del butano. No acercarse, exactamente por la parte posterior, para no sucumbir al zambombazo de la tonelada de hierro naranja, que desplaza con desaforada inercia, el repartidor de lengua tarzánica y tez morena. Pues te puede pillar de pleno en la testa y abrirte una brecha como la que luzco yo hoy, y creo por el resto de mis dias, cuando, en el acto de coger una bombona, coincidí con su acto de echarse otra al hombro.
2º y 3º Despues del zambombazo ya no me parecen dignos de mención el cuchillo que se me cayó en medio del pie a la hora de comer (suerte que al ser baratos pesa más el mango que la hoja), y el trompicón que me propine en el codo con un saliente de la fachada al salir corriendo de casa y sin paraguas y pegándome a las paredes.

Recomendación al desmán 1º: de rápida reacción al ser zambombazeado y difuminando cuanto antes estrellitas de colores, pajaritos etc., propinar definitivo empujón al cabrón moreno por el hueco de la escalera echándole las putas bombonas tras él, pues su reacción no iba a ser otra que decir "mucho siento, mucho siento" pero que se le escapa la risa entre dientes, para salir ipso-facto al quinto "mucho siento", sin ni siquiera ver qué brecha te ha abierto y a seguir su currito que se le hace tarde. Y, de esta manera, seguramente que ya no hubiera pasado el intento de auto-mutilación con el cuchillo de turno y el principio de dislocadura de hombro con la fachada asesina.

de etiqueta y otras horteradas


Este finde ha tocado abducirse en Collbató para la solemne charla que correspondía al módulo de protocolo, venido a "puto colo". Ha sido un solemne coñazo que insulta nuestra inteligencia. Tengo una zanahoria en la nevera que tiene más sentido del humor, seriedad, congruencia y orientación didáctica que el panoli enseña "collonades" de profe que nos hemos tenido que tragar. Menuda cantidez de verdades de perogrullo y gilipolleces supinas, la virgen.
El viernes cuando terminamos las clases, a eso de las nueve salimos todos esperitaos para cenar y enchufarnos alcohol por la vena. A ver si así ahogábamos la pena que teníamos por lo que habíamos pasao y por lo que nos quedaba por venir.
Tanto fue así que la post cena se convirtió en un grupito de adultos correteando por el hall como si estuviéramos de colonias y acabamos todos, unos catorce creo, en la habitación de Mrs. Journalist para ventilarnos el contenido de una botella de whisky que previamente tres osados expedicionistas nocturnos habían ido a buscar al bar más cercano de Collbató, unos veite minutos en coche a tomar por culo.
Yo me vi forzado a retirarme al final de la velada porque la habitación donde organizamos el guateque estaba al ladito justo de la mía y aplicando mentalidez práctica, pa no poder dormir con el sarao que se organizó, preferí estar en el meollo de la fête.
Al día siguiente obviamente no había quién se aguantara los peditos y más de uno se sobó plácidamente en clase y más de dos ni se molestaron en levantarse antes de las diez.
Lo peor de todo no ha sido sufrir lo insufrible con resaca, y aparentar interés, lo peor es que el "enseño collonades" nos ha mandao deberes tan infumables como sus clases.
Algunos de nosotros estuvimos preguntando ánde narices habían puesto la cámara, para saludar y largarnos cuanto antes, mejor.
Menos mal que al menos nos lo pasamos bien por la noche, si no, hubiera sido suicidio colectivo.
Toppoindignao aunque contentodelafiest