jueves, 26 de mayo de 2011

¿de quién es la culpa?


El viernes pasado fuimos de nuevo al curso de ensinistra-meng.
Namás llegar y dejar bártulos, comparece una personajilla que no ha aparecido en las dos clases anteriores por motivos variopintos que ni recuerdo, ni vienen al caso.
Lo que sí viene al caso es que la tía en cuestión, se habla encima y sufre cortocircuitos neuronales importantes. Una hilaridad a la máxima exponencia cuando la tía no para, no para, no para de proferir sandeces, pone de los nirvis a su chucho y al resto de los presentes a la reunión.
Ahora que teníamos neutralizao al cazallero pesao, va y se viene esta revolucionaria de gallineros. Si es que...

Con un par, acapara unilateralmente la atención del profe que tiene que repetirle unos cinco millones de veces las mismas cosas, porque no interioriza, ni descifra ningún mensaje. La susodicha es borrega de natural y no atiende ni entiende nada.
Llego a la conclusión de que se le ha pegao el hacer de un perro: te mira, parece que te entiende y en realidez: nasti.
A tenor de lo que está sucediendo, nos vamos impacientando y mi materna que empieza a estar hasta las pelotas, va sugiriendo por lo bajini que a la que hay que ponerle un bozal es a la borrega.

Y sí, tiene toda la razón, hay que amordazarla.
Disimulosa-meng nos vamos retirando del lado de la taladrín porque se hace insoportable aguantarla.

Paralelamente, buscamos chuchos machos para que vayan a marcarla meándosele en las piernas, a ver si así se entretiene y deja de dar por saco.

Se persona también con nosotros Potter, que viene de un fatigao que pa qué. Cuando ve el panorama de la borrega, se le erizan los pocos pelillos de la calvorota. Se la mira, le espeta: Jau Coloma!, le enseña un frankfurt y se lo tira lejos a ver si desaparece de una vez. No se va.

Taila la gossuna, que está en un estado de fiesta permanente cuando de espacio exterior se trata, a cada orden que Potter le da, pasa de él como de las cabras, por mucho frankfurt que tenga en la mano. Así que Potter llega al desespero y me pasa el testigo y se da por vencido.
Para acabar de adoballo, Taila y María del Amor hermoso se engrescan de lo lindo a brincar y allí no hay dios que ponga orden.
Las gossunas han asumido que aquello es clase de tomamiento de pelo y en ello están. Me preocupo por si acabo calvorotash como Potter. No quiero ser un carahuevo calvo.

Hago un par de oms, respiro profunda-meng, agarro frankfurt por banda y establezco contacto visual-olfativo con Taila. Nos centramos.
Al medio minuto ya están otra vez de parranda. Me temo que haberlas animao a jugar durante 3 horas antes de clase, lo que ha hecho es activarles el modo putafarring en lugar del de stand-by. Tienen recarga energética de velocidad asombrosa. Ya me gustaría a mí recuperarme así de una juerga. La leche.
Esto parece sodoma y gomorra.

Durante el rato que hemos estao intentando domar a las fierecillas, la borrega ha estao mareando literalmente a su perro que ha cogido un estado de ansia contumaz. El profe no da crédito. Y el resto, tampuerco.

Cuando nos despedimos, como no la podemos asesinar porque sería una guarrería y está feo, nos conchavamos y le decimos que la semana que viene, la reunión es en la otra punta de Barcelona. Con lo que larga y lo poco que atiende, seguro que se engancha a otro grupeto de pobres ilusos y ni se da cueng.

Toppo perverso