martes, 10 de agosto de 2010

De masajes, aceites y otras potingas


La mosca que tenía ayer detrás del orejote, me ha pegau un aletazo y efectiva-meng, he tenido que correr a visitar al roca. Decido enchufarme una pastillica, o lo que es lo mismo, ensartarme un corcho en el pompis y salir a encontrarme con la peña pa dar un voltio al exterior.

Hemos planeao atisbar el horizonte desde las murallas. Subimos, hay un montón de peña encaramá a las mismas, cosa que tira por tierra cualquier coñato de planteamiento de foto paradisíaca, original y/o moloncia pa l'album.

Me asaltan ganas irrefrenables de emprenderla a empujones y tirar a todo el turisteo por el abismo pa conseguir el objetivo foto-revista. Hablo conmigo mismo y me digo que el ser irreflexivo, lo único que me va a aportar es que me emboten en una patera y me manden pa casa. Desisto.

Me dejo la cámara colgando del cuello e intento avistar algo. Vuelvo a caer en la cueng de mi estatura real y tengo que ir dando botes para ver algo entre almena y almena. La climatología tampoco es que ayude mucho, hay una niebla espesa que no deja ver más allá de las narizotas. Otra dosis de realidad para animarme, no me va nada bien.

Terminado el rulo por la parte alta, nos bajamos hacia el puerto, mi pituitaria se ha puesto en alarma y nada más llegar hacia dónde están los pescadores, me pongo verde y me dan ganas de trallar. Me echo p'atrás.
Potter me agarra del cuello y me dice que respire por la boca y que tire p'alante, que el mundillo venta de pejcao es la pera y que no me lo puedo perder, aunque luego me tengan que llevar a enchufarme suero por la vena.
Me armo de valor y lo hago, y lo flipo. Es la primera vez que veo un tiburón en el mercao pescadil y otros tantos pejcaos que no sé recoñocer.
De mientras, un pescador se le presenta a VacacionAlf, comentándole que él es pescador honrao de toda la vida, que es persona de fiar y que da la casualidez, mira tú por dónde, que le ha caido en gracia un pedruscote de ésos que se fuman y que en definitiva, discretamente, puede apartarse un poco y probar la mercancía, si le apetece. Menudo business man de la ostia. Me pregunto qué tipo de cosas pesca este tío.
VacacionAlf levanta la ceja y se va silbando por donde ha venido. En este momento nos hemos dispersao, Potter está haciendo las veces de cotilla por todos los puestecillos del puerto y Peter Punk -cámara en ristre- está haciendo malabares para poder fotografiar sin ser visto. Lo tiene complicao, el objetivo de cien metros de su cámara le delata.

Se está haciendo tarde y Campanilla, La Niña de los Dedales y yo nos largamos a un hamam; lo que viene siendo una sauna a la marroquí, en la que nos han prometido tratamiento completo de exfollación, masaje y aceite de argán.

Para los neófitos en este tema, cabe explicar que el aceite de argán sale de unos frutos que se recogen una vez los han deglutido las cabras, es decir, de caca de cabra. Se limpian y se machacan hasta extraer el aceite, que resulta que en cuanto te lo embadurnas, te conviertes en una beldad.

Me falta tiempo para ponerme una pinza en el naso para no morirme del asco e ir a ver si se obra el milagro.

Llegamos al hamam en cuestión y nos hacen despelotar, exceptuando el culotte.
Entramos en una sala en la que hace un calor que te cagas y nos tienen preparado en el suelo a modo de toalla, tres hules (un día de estos ya mentaré mi odio desmesurao al hule) y nos empiezan a echar agua caliente a discreción.

El suelo está más duro que una piedra y uno, después de estar diez minutos, ya no sabe cómo cojones ponerse. Con el agravante que con la humedad, te quedas pegau al hule, cosa que hace elevar los ascos a la última potencia.
Hemos pasado por más de un hervor ya, y las muchachas masajistas, se presentan con un guante de crin para frotarnos hasta las ideas. Parece papel de lija, joder.

Para cuando la masajista ha terminado de lijarme, se me ha caido la piel a tiras y se ha largao por patas, harta ya de patimiento gratuito.
Acto seguido, embadurna-meng de barro y más espachurra-meng. A estas alturas me han abandonao los huesos, que se han largao detrás de la piel, a buscar otros lares más cómodos tipo cojines.
Y por último, llega el coletazo final de agua a borbotones, enjabona-meng y aceite de argán.
Salimos de allí límpidos, arañaos y más arrugaos que una puta pasa.

Campanilla que está a la última en mejunges varios y es ferviente seguidora de cualquier potingue cosmético-novedoso, nos informa que cree que nos han endiñao aceite de oliva en lugar del de argán.
En mi fuero interno me alegro, al menos no oleremos a mierda de cabra cuando salgamos a la calle.
Por otro lado, la Niña de los Dedales sale con un poco de mal cuerpo.De resultas de la experiencia le han salido unas cuantas ronchas en la piel y jura que a ella no la vuelve a meter nadie en un hamam, ni jarta de vino.

Estamos pensando en volver al hotel a pasarnos por agua y jabón de nuevo, porque con la guasa del aceite todavía estamos churretosos y no es plan de ir por la calle regalimando como una bolsa de porras.

Bien pensao, podríamos montar una churrería en medio de la medina de Essaouira, con lo que les gusta el dulce a esta peña, nos forramos, tú.

Toppochurrero

lunes, 9 de agosto de 2010

me falta ilumiñación



Llegamos al riad pa dejar bartulicos, pegarnos una ducha y empezar a perdernos por las calles de la medina de Essaouira.
A los dos nanosegundos de haberse uno espachurrao en la cama para tener unos minutillos de descanso, llama a la puerta La Niña de los Dedales para cotillear nuestra chambre y nos dice que a ellos y a Campa Punk y Peternilla les han endosao lo que viene siendo un zulito.

Antes de enmerdarse en desfacimiento de mochilote, bajamos a ver al monsieur le recepcionist pa decirle, sil vous plait, si pueden cambiar de chambre que no hay fenetre. Aclaración: mademoiselle, sí tienen fenetre, lo que pasa es que no dan al exterior, dan al interior del riad, o lo que es lo mismo: la ventilación te la pintas al óleo y casi viene asegurada asfixia por concentración de dióxido de carbono al cuadrado.

Le pedimos que mañana les den un par de habitaciones mejores porque Peter Punk no lleva nada bien el dormir en un horno. Le recepcionist nos comenta que por la noche refrejca, que no se preocupe y que mañana intentará buscar une autre chambre.

Essaouira es un pueblecillo costero de la parte atlántica que rezuma buen rollo y edad media dentro de la fortificación. Fuera de la medina se ensuma más a pejcao, gaviota y salitre.

Una vez nos hemos dao un garbeing, decidimos ir a cenar a los puestecillos de pejcao al laíto del puerto. En este país el mundo iluminación se lleva francamente mal. Me estoy dejando las dioptrías para leer cualquier asomo de carta o menú al uso. Deberíamos haber traído el faro frontal para poder distinguir un pelín las viandas.
Cenamos pejcao frejco-frejco y nos ponen amanida de acompaña-meng. Estoy en plan temerario, me pongo el mundo por montera y decido comer la amanida, con todas las consecuencias. Y todo deprisa-deprisa que nos chapan el garito.

Definitiva-meng hemos de revisar el mundo horarios porque esto de llegar derrapando a toas partes, no nos va muy bien.

Nos hemos informao y parece ser que en este pueblecillo, turístico a más no poder, sí hay posibilidez de meterse un copazo entre pecho y espalda, y ahí vamos.

Llegamos al bar en cuestión y nos sentamos en la terracita; apetece la brisilla que corretea por el lugar.
El dj nos ameniza con un recull de baladas del siglo XX que nos hace vomitar primero y dormitar sobremanera después.
Aproximadamente durante la hora que esperamos a que traigan las bebidas y un poco de hielo, se nos han pasao las ganas de todo, incluso del bebercio, se comprende que han ido a buscar el hielo a Alaska y no tienen línea directa de metro para llegar hasta allí.

Cuando ya hemos dado unos cuantos cabezazos, nos traen las bebidas. Los más avezados al sector vitivinícola constatan que la producción de vino local es una puta mierda y que hay que pasarse al rollo duro.

Como ya nos ha entrao la zozobra sueñil entre espera y tortura musical, decidimos buscar la experiencia alcóholica al día siguiente y largarnos a soballa.

Me planto en el sobre con ganas de lectura y me doy cueng que tengo los ojos pegaus a la página. Ya estamos en las mismas, escasez de luz. Quiero ser el toppobiónico, no lo consigo y me encasqueto el frontal para leer dos páginas y para que se me caigan los ojos rodando de sueño. Menudo mierda de intelectual estoy hecho.

A ver cómo amanezco mañana: a mí el mundo ensalada y copichuel me han dejao la mosca cojonera detrás de la orejota y la luz cegato tipo topo.

Toppoquejicoso

armarse de paciencia


Por la mañanita recogemos bártulos. Ya empiezan las cosas a multiplicarse y a hacer más bulto de lo normal y no me caben en la mochila, cagoentó ya hombre. Refunfuño. Pego cuatro puñetazos a la susodicha, me siento encima y cabe tó.
Comparao con Potter que es el colmo del orden, todavía me doy más rabia a mí mismo. Lo mío debe ser la teoría del caos.

Nos dividimos. La Niña de los Dedales, VacacionAlf, Campanilla y Peter Punk se van a por los paquetes de accesorios que la Niña compró ayer. A mí me da la impresión que ha comprao como pa el Cutre Inglés pero como no tengo ni puta idea de comercio al detalle, mi opinión no la mento.

Potter y yo volvemos a cambiar panoja y a hacer unas compras tontas del tipo: corta-molusquitos, pinzas pa recogerse uno el pelamen porque me ha crecío el pelo, parezco un teleñeco y no veo ni guarra.
Vamos ya por el cuarto puto cortamolusquitos que compramos. Cada vez que embarcamos con el petate al hombro, lo dejamos en tierra, y cuando llegamos a destino tenemos que comprar otro. Así que tengo una colección de cortamoluscos en casa que en nada voy a abrir un uñas a mil de ésos.

Cuando el batallón de accesorios llega al hotel, recogemos todo, repetimos operación de grand taxi de la primera nuit y nos lleva a las oficinas de alquiler de run runeo.
Seguimos con el horario nuestro local puesto, está cerrao. Hay que esperar hora y mierda. Cacotas.

Nos vamos con las maletillas al hombro hasta el bar más cercano a simplemente estar e intentar no escalibarse uno más de lo que ya está.
Comemos y llega la hora de ir a hacer la gestión de los coches.

Realmente aquí la prisa mata y yo en breve voy a matar a alguno de los de la oficina porque me pongo nirvi de verlo todo al ralentí. Mira que lo teníamos práctica-meng atao por internet, pues con todo y con éso, nos hemos tirao casi dos horas más en la oficina cerrando la gestión. Y por si fuera poco, una vez nos hemos pirao del rentacar, caemos en la cueng de que le han endiñao a Peter Punk un coche con la dirección jodida. Así que toca volver a la oficina para que nos cambien el coche de nuevo. Tócate lo que no suena, y vamos a tener tiempo de tocarlo varias veces.

Peter Punk se ha empreñao con razón porque le cambian el coche, sí. Que funciona bien, sí. Pero ahora es un coche de liliputiense, no le caben las piernas y no tiene radio. Él quería seguir la lista de los 40 principales marroquíes que parece que son lo más. Lo coge igual y ponemos rumbo a Essaouira.
La mierda de la gestión del coche nos ha hecho perder como tres horas, el tiempo que tardábamos en llegar allí.

Mientras esperábamos a que le dieran el coche de repuesto a Peter Punk, han aparecido una pareja de pijos: ella anoréxica y tan morena que se le ha cuarteao la piel y él con el pelo larguito así medio ondulao, polo de color amarillo limón pa que se vea lo morenazo que está y asomando curva de la felicidez pa compensar a la otra, que se la va a llevar el viento. Y como se descuide la aplasta y la deja como un sello de colección.

La Niña de los Dedales, toda solidaria, ella, les comenta que no se dejen enchufar el coche que acabamos de cambiar, que es una basura, etc.
Los hipijos estos la miran primero contrariaos y luego con aire de condescendencia y sonrisilla que asoma por la comisura de los labios y le dan las gracias.
Al cabo de una hora de estar en ruta, nos han adelantao con un 4x4 de puta madre y nos han saludao. Cabrones.

La ruta hacia Essaouira es una auténtica caña, hemos pasado varios pueblecillos perdidos de la mano de Dios y hemos visto estampas dignas de la época medieval. Abuelillo andando al lao de un borrico que lleva al nieto, tós andrajosillos. Dan ganas de apadrinárselos y llevárselos pa casa y meterlos en la lavadora con centrifugao y todo, programa largo.

Con tanto retraso nos hemos perdido la puesta de sol de Essaouira, hemos llegao rozando el larguero, que aun da más por el saco. Como dormimos dentro de la medina, nos toca dejar el coche aparcao al ladito de una de las entradas de fuera, dónde hay un montón de pillulis que te guardan el coche, previo apoquina-meng de 10 dirhams = 1 jiro.
El mundo pilluli crea gran conmoción en el grupo y estamos un rato debatiendo de si les confiamos los carros o nos largamos a otra parte y si no encontramos sitio, nos lo aparcamos en el orto. Así que como ninguno de nosotros tenemos espacio suficiente en el mismísimo, los dejamos ande están.

Cansaos ya de tanto trajín y discutir, nos largamos pal riad.
A ver si esta vez he hecho bien la reserva. Las piernas vuelven a hacerme higo hasta llegar a la recepción.

Topponomefíodemímismo

domingo, 8 de agosto de 2010

De choping


After lunch, momento de dispersión: Campanilla, La Niña de los Dedales y yo nos vamos en busca del negocio del siglo dentro del mundo complementos.

VacacionAlf se pone en modo "stand by" y se larga a dar un rulillo en busca de chuvinirs para la familia.
Potter y Peter Punk se aventuran por la ciudad explorando lugares y gente a la que fotografiar bajo peligro que alguno se dé cuenta y les ponga el careto mirando a Cuenca.

En el sector maniroto iniciamos un periplo en busca de fabricantes de bolsos.
Antes de entrar en la botiga, nos preparamos cada uno en su rol:
La Niña de los Dedales se presenta como empresaria emprendedora, locuaz y negocianta. Campanilla se posiciona como inspectora de calidez y yo intento hincharme y parecer más alto y grande para hacer de poli malo, no cuela y parezco el pringao de costumbre.

La primera en la frente: está todo a precio europeo y son duros de cojones a la hora de regatear. La Niña de los Dedales por mucha perífrasis verbal que le meta al discurso consigue poco en el pulso. Estoy a punto de sacar el bate de beisbol para intimidar, pero mis compis me convencen de que la violencia no es la solución. Campanilla me tira el bate a la basura y me da un abanico para entretenerme.
Visitamos otra botiga y el gentilhombre nos lleva de excursión a ver cómo y dónde fabrican los bolsos en cuestión. Una vocecita en mi cabeza me empieza a dar el coñazo con yuyitos por si no regresamos de tal lance.

Después de dar un callejeo por el zoco, llegamos a una casa destartalada, subimos unas escaleras más decrépitas aun y llegamos a un local de 2x2 donde el hermano y socio del gentilhombre nos da la bienvenida. Hace un pestucio a piel que echa de espaldas y nos cuentan cómo y qué fabrican. Básicamente lo que quieras.
Agradecemos la información y nos vamos.
Durante toda la tarde hemos estado entrando y saliendo de tantas botigas que he perdido la cuenta y recontraconstatamos que no hay puta manera de presionar con los precios.
Finalmente la Niña de los Dedales ha conseguido un pacto satisfactorio y sella acuerdo con un apretón de manos.

De camino a la plaza, punto de encuentro con el resto de la expedición, vemos unos fullares chachis que son lo más en la próxima temporada fashionil. Los queremos y empezamos a regatear. El titi de la botiga cuando le decimos que no pagamos más de 7 jiros por ellos, nos pega unos alaridos que ni la Castafiore. Le digo que no chille, que nos van a acabar echando del zoco por contamiñación acústica.
Nos dice que somos inhumanamente duras. Le decimos que sí y que "inshalá" y nos largamos con los fullares a otra parte.

Llegamos a la plaza. Menosmal porque parecía una tontería el ir a cotillear y nos hemos pasao como tres horas p'arriba y p'abajo andando. Las piernas me hacen higo.

Terraza de la tarde anterior. Festejo el hecho de que no haya tormenta arenil, ni alíseos, ni nada. Sólo achicharra-meng. Fanta naranja reconstituyente y ducha en el hotel pa refrigerarse y adecentarse.
Decidimos cenar en los chiringuitos de la plaza. No sabemos por cuál decidirnos, todos parecen Ferran Adrià (mala baba que tengo). Escogemos uno, nos sentamos, pedimos bebida y so pena de morir ahogaos con la humareda que desprenden las planchas, nos atiborramos a tapas marroquís. Lo mejor los pinchos y el cordero.
Ratificamos que el mundo ganga aquí es una puta falacia.

Nos vamos del chiringuito y VacacionAlf en su afán por descubrir un sitio molón y con birra, ha dao con una terracilla en donde podemos consumir néctar de cebada sin que nos escupan en un ojo. GeniAlf!
Uno se va como que más contento al sobre cuando ha podío mitigar el calor con un par de birrillas. Esto sí es asueto del güeno.

Toppoagradecíoyunpoquilloachispao

En busca del tinte perdido



Desayuno a base de café con leche, croissant, pan con mantequilla, mermelada y pancakes, así como que ligerito y típico marroquí.
Como sigamos así, voy a salir rodolando, recorrerme rodolando medio país y volver rodolando a casa.
Mientras desayunamos, nos preocupamos los unos por los otros del aspecto escatológico. Que si vamos poco, mucho o nada. Que si el cigarrito después del café es manita de santo... se coñoce que hemos roto el hielo. Es uno de los temas que al final toca hasta el más pintao, no nos engañemos.
Todos estamos bien. Collonut.

Nos hemos levantau con el ánimo de encontrar el zoco de los tintoreros.
Yo estoy pelín cagao, dada mi tendencia a que me sobrevengan arcadas y a echar la pota cuando se mezclan temas de olores nauseabundos. Tengo la puta mala suerte de tener la pituitaria demasiado sensible. Sé de buena tinta que al acercarse uno a la zona de curtidores y tintoreros el pestucio que suelta la piel que tratan es para apretar a correr y no parar. Y da igual que te enchufen menta por la tocha. Te mueres del tufo. Y punto.

Hemos empezao a andar, cruzamos la plaza, nos medio perdemos, nos encontramos y empezamos excursión por el mercado. Sigue haciendo un calor de mil demonios rojos y se hace difícil controlar la transpiración, lo que me faltaba para acabar de adobar, tú.
Hemos perdido el rumbo como cuatrocientas veces y no tenemos ni puta idea de ánde coño está el zoco tintoreril de marras.
La jodienda del temita es que cuando preguntamos nos dicen que "Oui, Oui", nos acercan a algún sitio, nos señalan "la bàs", nos piden pasta y nos dejan más colgaos que un fuet. Así un par de veces, con el agravante que hay unos cuantos chungos que nos siguen pa mangarnos hasta el tuetanillo. No vamos bien.
La Niña de los Dedales y VacacionAlf se han hartao de tanto mamoneo y se pegan media vuelta a cotillear por otro lao.
Peter Punk, Campanilla, Potter y yo seguimos en los trece de querer encontrar a los tinteros.
Andamos y andamos, Potter se pilla un bocata sardinas, seguimos andando y al final encontramos a los curtidores. Ni rastro de los tintoreros. Anda no, calla, calla, que los tintoreros aquellos de foto de quitar el hipo son los de Fez. Aquí curtidores y tira millas.
Doy medio paso p'alante. El catipén me tira p'atrás y mi cara, que es un poema, persuade a Campanilla de entrar a cotillear con los muchachos.
Así que nos hemos quedao Campanilla y yo esperando con un sol de justicia friéndonos el sesamen.
Una vez han terminao con la visitilla, sablazo mediante, claro, nos vamos a papear porque entre pitos y flautas llevamos pateando toa la mañana.
Desandamos el camino y nos topamos con VacacionAlf y la Niña de los Dedales y nos refugiamos del calor en un bar.
Se echa de menos una caña fresca-fresca para amenizar el remanso del guerrero. Aquí no venden alcohol. Y nos quedan todavía diez días por superar. Mierda.

Topposíndromedeabstinencia

sábado, 7 de agosto de 2010

toma de coñtacto


Tras sueño reparador y aseo matutino, nos toca lidiar con una cucaracha que está debajo de la puerta pensándose si entra o no. Entra. Grito (yo) y zapatillazo (Potter).
Me recompongo y nos reunimos con la troupe para dar cuenta de un buen desayuno en el riad y luego ¡venga! a patear por el mercado de Marrakech.

Chicharra de puta madre que le hace sudar a uno lo que no está en los escritos. Agradezco muy mucho el estar hospedaos muy cerquita del mercao, más que nada es que soy vago de mena.

Damos unos cuantos rulillos y la parte femenina del grupeto se queda encandilao a cada dos pasos. La niña de los Dedales ha venido con el rol negociante y quiere pillarse cositas para su cadena de tiendas (por si queréis cotillear: http://www.bartomeu-uribe.es/). Mañana le haremos de escoltas para hacer business.

Ha pasao un rato largo-largo y decidimos sentarnos en un bar a ingerir algo sólido y recargar baterías con bebida porque con esta caldufa, nos deshidratamos.

VacacionAlf pregunta por el meódromo y el dueño del garito, muy diligente él, lo manda unas cuatrocientas tiendas más p'alante a aliviarse.
Cuando todos hemos acabao, también queremos ir al excusado, así que vamos en tropel. El sitio en cuestión es una herboristería preciosa, fíjate tú qué casualidad que parece que nos estén esperando.
Y de golpe y porreta nos vemos todos en una salita rodeados de esencias, especias, aceites y demás, dos chicas con bata blanca y un señor ultramegaamable que nos va a hacer una demostración de las bondades curativas de una montaña de cosas que tienen allí.
VacacionAlf es la primera víctima en caer, como viene con el trancazo puesto, el señor le enchufa en todo el naso una especie de Vicks Vaporub natural que desatasca las fosas nasales mejor que el salfumán.
A continuación, le pega repasillo postural y le enchufa a una de las chicas para que le haga un masaje.
Al loro troupe que éstos saben latín.
No me extenderé con la añécdota, sólo diré que los seis pasamos por las manos de las masajistas, ensumamos el vicks vaporub, nos embadurnamos de ámbar y acabamos apoquinando una pasta con ungüentos que ya ni recuerdo cómo tengo que usar.
Nos despedimos tós embadurnaos y nos vamos a la plaza Djma el Fna a ver el ambientillo desde una de las terrazas.
Resulta que se ha girao un vientecillo tormentoso y calenturiento que arrastra consigo una cantidad de arena importante. Con los ungüentos que me han puesto en la herboristería acabo pareciendo una croqueta. Menuda tormenta de arena guarra, joder. Me atrevería a decir que es uno de esos vientos alísios de África que cuando aparecen por Barna nos fríen en un santia-meng. Aquí corregío y aumentao.

Cuando oscurece, la plaza se convierte en un lugar que emana colores, olores e iluminación. Aparecen un mogollón de puestecillos para cenar, de tiendecillas de zumos, puestos de caracoles, frutos secos (de éstos huyo como de la peste, no vaya a tener los mismos efectos que en el capítulo de mímesis) y un montón de ambiente con cuenta cuentos, titiriteros, vendedores de agua, encantadores de serpientes y músicos.
Mola mazo pero se acumula una cantidez de chungo por centímetro cuadrado que fa por. A la que intentas acercarte a un grupo para ver algo, te circundan (que no te circuncidan) tres o cuatro individuos de lo más sospechoso.
Ni mentar quiero (aunque lo haré) lo MEGABORDES que se ponen con el tema de sacar una foto.
A mí me da lo mismo porque como fotógrafo no tengo ni presente ni futuro, pero Peter Punk que ansia ser reportero del National Geographic lleva un cabreo de tres pares de pelots.
Así que después de cotillear un rato, nos largamos a cenar. Hemos escogido un restaurante recomendado por la "loli-planet" y la verdez es que el sitio es guapísimo, lástima que nos hacen comer como los pavos. Hemos llegao con horario nuestro local y aquí chapan mucho más pronto, así que hay que meterse el cuscús y el tajin hasta por las orejas para acabar a tiempo. Stress gastroñómico. No nos va muy bien.
Mañana hay que estar alerta con los horarios y no dejarse llevar por los cantos de sirenas de los comerciantes porque si no, estamos perdidos y arruinaos en un tris.

toppoaladefensiva

viernes, 6 de agosto de 2010

bajarse al moro


Armado con petatillo a la espalda, ya estoy preparao para la aventura marroquil. Nos presentamos puntual-meng en el aeropuerto, facturación y deambula-meng por la terminal 1. Se ve toa limpita y nueva. Gustito que da.

Parece ser que eso de pillarse vuelos a medianoche es una jodienda, se coñoce que vienen con retraso, así que nos toca esperar un par de horas más, cojonudo. Vamos a llegar pa comernos las uvas.
Durante la espera, la Niña de los Dedales nos ameniza con juegos de adivinanzas y Campanilla y el mendas caemos en la cueng de que estamos en babia y no damos una. Qué se le va a hacer, uno aunque medianamente espabilao, nunca ha sido un hacha en el arte de las adivinaciones.

Mientras aguardamos a que nos digan que por fin ha llegao el avión, también nos hemos congelao de lo lindo con el aire acondicionao que está a menos dos, cosa que ayuda a potenciar el trancazo que VacacionAlf ha decidío traerse consigo. Que dices, mira que hay cosas que traerse de viaje, pero así sin pensar, no hubiera escogío mocos como acompañantes.

Una vez estamos ya en la cola de embarque, salta una espontánea berreando como una posesa. Se ha rebotao con la azafata y no hace más que solicitar cena gratis para todo el pasaje. Lo flipamos porque sabíamos de antemano que con low cost y volando a las mil de la mañana, no nos iban a dar ni las gracias.
La personajilla ha dao como cuatro o cinco rulos entre las colas a voz en grito, tacones de diez centímetros puestos y carreteando la maleta. Seguimos sin comprender y nos ensumamos que la van a dejar en tierra, por desequilibrada.

Por fin embarcamos, y yo, que me cuesta dormir en los aviones, he caído en un sopor contumaz, con boca abierta y babilla. Vergüen.

Arribados a tierra firme de Marrakech, procedemos con el intercambio de nineros, asalto de los taxistas para sablearnos nada más llegar, regateo. No hay acuerdo. Hasta que viene uno que nos hace un precio guay para los seis. Hacinándonos todos en lo que llaman un grand taxi. Será grande, pero yo pringo, me toca ir en la falda del Potter, tan recogío que parezco un ovillo. No me va nada bien.

4 A.M. nos deja en la puerta del riad que hemos escogido pa soballa. Llamamos a la puerta. Nos abre un muchacho en estado de duermevela, o eso o se ha fumao tantos canutos que va sonámbulez.
Le digo en mi francés patatero que tenemos la reserva a mi nombre. Empieza a repasar papeles. No salgo. Regardea otra vez, nene sil te plait. Nasti. Congoja que me coge.

Le repito mi nombre y le digo que hice la reserva para el día 6 y como me dí cuenta que volábamos de noche y que llegábamos el 7 a las 01.00 AM, les volví a escribir para informarles. Dieron por hecho que entrábamos en el hotel el día 7 por la mañana, tócate los mondongos. No doy crédito. Dentro de mi lógica roedoril, si hay un malentendido con los mensajes, antes se recontraconfirma. Constato que no es la manera de faire de estos lares. La Niña de los Dedales que domina la lengua francesa que es un primor, le dice que ok, que espabile, que son las cinco de la matin y que nous voulons un solution maintenant.

El tío se atabala, le dice que es nuestro problema y pretende que nos quedemos tiraos en la calle. Cosa que nos hace puta gracia porque antes de entrar en el hotel, se nos ha acercao un pilluli puesto hasta las trancas que nos ha dao yuyito.

La Niña de los Dedales le dice que no se equivoque, que mire bien que seguro que tiene chambres para los seis. Nos dice que hay una reserva de tres habitaciones para una familia que no ha llegau todavía y la Niña le suelta que si la familia tenía que llegar a esas horas, ya hubiera llegao, que nos dé la habitación y que on parle demain.
Le hace caso y nos da las clés para las chambres. Menosmal porque a estas alturas yo ya me hubiera suicidao en la fuente del riad.
En las habitaciones hay unas cucarachas bailongas que nos dan la bienvenue, zapatillazo, repaso de que no hay más blatodeos, ni coleópteros de visita y a momir.
Sueño reparador para iniciar visita al día siguiente.
Doy gracias a la Niña de los Dedales que tiene un par de huevos y se ha impuesto de una forma elegante a la par que firme. Y también me doy un poco de cabezazos a la pared por no haber constatao la reserva doscientas veces.
Toppodistraído